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Los volcanes y las aguas de cascadas, lagos y ríos se funden en este país de naturaleza indómita.
Ya sea en invierno, cuando sus cielos son coloreados por auroras boreales, o en los verano de días eternos en los que las colinas y valles verdes exhiben todo su verdor, este país insular muestra algunos de los paisajes más salvajes e intactos de Europa.
Empezando por el Círculo Dorado, uno de los puntos más visitados que concentra una muestra de toda la naturaleza islandesa, continuando por las playas de arena negra del sur y finalizando en las montañas nevadas y los glaciares del norte; Islandia merece un viaje a ritmo lento y solitario.
Baños geotermales
A lo largo y ancho de la isla es posible encontrar ríos y lagunas geotermales en las que sumergirse en aguas calentadas por la tierra ante majestuosas panorámicas. Blue Lagoon es la más popular de todas. Se encuentra al este del país, muy cerca del aeropuerto, y su fotogénica imagen de aguas de intensos tonos turquesas ha contribuido a convertirla en la más turística.
Menos turísticas y mas salvajes son las aguas de Reykjadalur, el lago Myvatn o los baños de Geosea. Recuerda seguir siempre las indicaciones para evitar zonas peligrosas.
Thingvellir, el primer parlamento de la historia
Declarado Patrimonio de la Humanidad, este grandioso parque nacional fue donde, en el año 920, los vikingos fundaron el primer parlamento democrático. Además, Thingvellir es el lugar en el que la falla continental separa las placas tectónicas de América y Europa.
El Círculo Dorado
Cascadas, géiseres, volcanes y glaciares se concentran en esta zona islandesa, a escasos kilómetros de la capital, reuniendo todos los encantos del país en una visita de un solo día.
En la zona se encuentran los géiseres islandeses más activos, concretamente en el valle de Haukadalur, donde el agua se impulsa con fuerza hacia el cielo cada siete minutos. A continuación podremos dirigirnos a Gullfoss, una de las cascadas más altas del país. El tercer punto del Círculo Dorado lo compone el ya mencionado parque de Thingvellir, un lugar inolvidable para terminar esta ruta.
Reykiavik
La capital más septentrional del mundo es una ciudad animada por sus galerías, tiendas y establecimientos de música en vivo. Entre sus visitas destacan la moderna iglesia Hallgrímskirkja, el monumento del Viajero del Sol, el Museo Nacional y el Museo de Saha, dedicado a la historia vikinga.
Akureyri, la segunda ciudad de Islandia
Rodeada de montañas, la capital del norte de Islandia es una ciudad de casas de madera con un importante puerto pesquero. Pero lo que realmente ha hecho que Akureyri sea conocida es su torneo de golf Open del Ártico, que se juega en el mes de junio desde la medianoche hasta altas horas de la madrugada.
cascadas y más cascadas
Además de Gullfoss, Islandia cuenta otras sorprendentes cascadas. Al sur encontraremos Seljalandsfoss y Skófagoss, con saltos de aproximadamente 65 metros, y Seljalandsfoss, interesante porque es posible cruzarla por su interior. En la Península de Snaefellsnes sobresale Kirkjufellsfoos.
Tampoco debemos olvidarnos de otras cascadas de récord, como Detifoss, la segunda más potente de Europa, y Hengifoss, la segunda más alta de la isla, con 120 metros.
Península de Snaefellsnes
En esta península del oeste del país se inspiró Julio Verne para escribir "Viaje al centro de la tierra". Este pedacito de la isla también aglutina volcanes, glaciares y cascadas custodiadas por la Montaña Kirkjufell, de 500 metros de altura y con una peculiar forma cónica.
Una laguna glaciar
Jökulsárlón es una sobrecogedora laguna glaciar de 248 metros de profundidad situada al sureste del país. Sobre el gigantesco lago, rodeado de playas de arenas volcánicas, flotan icebergs de todos los tamaños.
El sur de Islandia
Detenerse en pueblos de pescadores como Vik, será una grata sorpresa durante un viaje por el país. Junto a él se ubica la playa negra de Reynisfjall con sus gigantescas columnas basálticas de formas hexagonales y el acantilado Dyrhólaey. Continuando por la carretera hacia el este llegaremos al Parque Nacional Skaftafell, presenciado por glaciares que se deslizan por las inmensas llanuras.
Islandia ofrece paisajes forjados a fuego y hielo, un viaje por estas tierras deja hasta al más escéptico de los viajeros enamorado de sus glaciares, volcanes, auroras boreales..., un precioso país que puedes conocer ¿te lo vas a perder?
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