Muchas teorías hablan de la posibilidad que civilizaciones antiguas hayan habitado las profundidades de la nuestro planeta. Ahora, el descubrimiento de dos colosales megaestructuras podría otorgar más luz la hipótesis de la Tierra Hueca.
Expertos detectaron dos megaestructuras ubicadas en lados opuestos del planeta, demostrando que no es un fenómeno aislado.
Las estructuran tienen las dimensiones de un continente. Su altura supera hasta 100 veces la del Monte Everest y están a unos 2900 kilómetros de profundidad. Más o menos a la mitad del camino hacia el núcleo terrestre.
Megaestructuras en lo profundo de la Tierra
De acuerdo a los expertos, las estructuras están hechas de un material totalmente diferente al resto del manto terrestre.
Edward Garneno de la Universidad del Estado de Arizona y científico participante del proyecto, explicó que el tanto el origen y la composición de las megaestructuras son desconocidas.
Se sospecha que tienen pistas importantes sobre cómo se formó la Tierra y como funciona en nuestros días.
Las estructuras se encuentran localizadas en lados opuestos del planeta. Una de ellas está bajo el Océano Pacífico. La otra está bajo el Océano Atlántico.
De acuerdo a los científicos, estructuras similares a estas eran conocidas como «pilas termoquímicas» y se creían que estaban compuestas de los mismos materiales del manto terrestre. Estas megaestructras rompen todos los paradigmas que se tenían.
Un origen desconocido
De acuerdo a la investigación, las megestructuras poseen materiales que fueron «empujados» hacia abajo por la tectónica de las regiones. Incluso, podrían haberse creado por los restos de la formación de la Tierra hace unos 4500 millones de años.
Los propios investigadores han declarado que aun necesitan aprender muchos sobre estas misteriosas formaciones. Pero los nuevos datos recogidos han revelado que estas son mucho más densas que los materiales más cercanos al manto reciente.
Obviamente, esta noticia ha desatado mucha polémica entre los investigadores independientes y teóricos. Recordemos que esta no es la primera megaestructura encontrada en las profundidades de la Tierra.
Esto podría ser una pista de la existencia de ciudades subterráneas ancestrales; túneles artificiales, pasajes creados por una civilización hace cientos de años que pudieron habitar bajo nosotros.
El descubrimiento de estas estructuras se publicó en la revista Nature Geoscience.
Obviamente aún queda mucho camino por recorrer para conocer el origen de tales megaestructuras. Y en dado caso de que el origen demuestre la existencia de ciudades subterráneas, es complicado que la arqueología convencional lo revele. Solo nos queda seguir investigando por nuestra propia cuenta para descubrir la verdad.
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