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Este impresionante entorno natural es el hogar de grandes piedras redondeadas de las cuales se desconoce su origen y función.
En Palmar del Sur, el pueblo de Costa Rica, rodeado del Río Térraba, se encuentra un entorno natural espectacular en el que conocer el patrimonio arqueológico, histórico y social del país. Hablamos del Parque de las Esferas, un enclave misterioso que acoge grandes piedras con forma de esfera, de las cuales su origen continúa siendo un misterio. Este lugar fue incluido en la Lista de Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO) en 2014.
Con piedras de entre 0.7 y 3 metros, que pueden alcanzar las 16 toneladas, se estima que estos elementos naturales pertenecen al pasado precolombino de Costa Rica. Las grandes rocas de este enclave se descubrieron aproximadamente en 1939 por un grupo de estudiosos de Estados Unidos. En sus investigaciones se destruyeron algunas para comprobar qué había en su interior, por lo que en la actualidad hay menos esferas de las iniciales.
numerosas teorías
Como todos los misteriosos elementos naturales del mundo, el Parque de las Esferas recoge cientos de teorías sobre la función y el origen de estas piedras. Los lugareños las asocian al dios Tlachque, del trueno y la tormenta, otros apuntan a un jardín astronómico o un marcador de territorio. Otras teorías señalan que estas grandes rocas guardaban tesoros como oro y piedras preciosas.
Según los antropólogos, Ivan Zapp y George Erikson, las cerca de 200 esferas son la evidencia de que en el delta del Diquís, se asentó una sofisticada civilización marítima que usaban las piedras para que los marineros se orientaran y conocieran las rutas del mar.
Tras su declaración como Patrimonio de la Humanidad, el antropólogo John Hoopes fue el encargado de examinar estas esferas. Según su investigación estas rocas redondeadas podrían deberse a las técnicas de pulido inspiradas en la erosión natural. El experto aseguraba que una teoría muy posible abordaría el hecho de que los indígenas descubrieron cómo la naturaleza pulía las rocas y decidieron imitarl
Estas esferas se encuentran en lo que en su momento fue un plaza común y cuenta con dos conjuntos de alineamientos orientados al este. Uno está formado por tres rocas recogidas en unos 77 metros, mientras que el segundo contiene dos esferas. Los dos grupos de rocas y su disposición están datados de la época precolombina.
Algunas de estas esferas fueron recuperadas por el Museo Nacional de Costa Rica y conservadas allí para que se pueda visitar por el público de martes a domingo entre las ocho de la mañana y las cuatro de la tarde.
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