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La contaminación y el cambio climático tiñen del color de la sangre esta corriente de agua que preocupa a los habitantes de la zona.
Hay muchos tipos de ríos en el mundo, unos más largos, otros más anchos, unos más oscuros y otros más claros, unos con más vegetación y otros con menos, pero todos de una inmensa belleza. En ocasiones, los efectos de la naturaleza y el ser humano, alteran el aspecto de estas corrientes de agua haciendo que parezcan de otro planeta. Pero esto no siempre es algo bueno, muchas veces estas alteraciones se deben al exceso de contaminación o suciedad y por muy bonitos o impresionantes que parezcan, son nocivos para el medioambiente.
Eso es precisamente lo que ha pasado en la ciudad de Norilsk, donde el río Daldykan se tornó de un color rojizo similar al de la sangre. Este río de aproximadamente 30 kilómetros, es un afluente del Pyasina, y este desemboca en el mar de Kara. Este lugar es famoso en la zona por su relevancia en la producción de Rusia ya que era utilizados para transportar los materiales que se extraían de las minas y fundiciones.
Este río ha ganado fama en los últimos años ya que ha sufrido diferentes episodios de contaminación que en ocasiones lo han hecho cambiar por completo de aspecto. La primera vez que esta corriente de agua se pintó de color rojo fue en 2016. Un día los habitantes de Norilsk se despertaron y vieron que el río que cruzaba su ciudad había dejado de ser azul. En ese momento saltó la alarma y comenzaron las investigaciones para descubrir a qué se debía este hecho y si la población debía preocuparse por su salud.
Según el Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente de Rusia, la causa de este cambio en el río se debe a la caída de un producto químico que no se podía identificar y que se sospecha que provenían de una empresa cercana. Norilsk Nickel, la productora de níquel más importante del mundo estaba detrás de esta grave contaminación del río, hecho que negaron continuamente.
No era la primera vez que el río se volvía rojo, por ello ya es conocido como el "Blood River" o "Río de Sangre". La empresa de níquel dirigida por el influyente ruso Vladimir Potanin, negó cualquier responsabilidad sobre este hecho, pero tras varios estudios tuvieron que aceptar y confirmar que un bidón de su planta se desbordó y cayó al agua haciendo que ésta adquiriera el color rojizo. La contaminación de Norlisk es considerada una de las peores del país y la más frecuente debido a su gran cantidad e industria minera y de fundición.
En el año 2021, esta corriente de agua volvió a teñirse del color de la sangre generando gran preocupación a los habitantes y autoridades de la zona. La actividad de las fábricas y minas cercanas, la erosión del suelo y el cambio climático son algunos de los factores que favorecen la aparición de este tinte en el río. Numerosas organizaciones ambientales han criticado estos episodios de contaminación y las autoridades alertan sobre los impactos en la vida y salud que este hecho puede generar en la población. Por mucho que sea un espectáculo precioso de ver, es muy alarmante y preocupante y debe controlarse para que no suponga un peligro para la zona.
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