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En un lugar paradisiaco aguardan el pueblo de San Blas, y el muelle donde una mujer esperó eternamente a su amado muerto en un naufragio...
La banda de pop-rock mexicana Maná, que ha vendido más de 40 millones de discos en todo el mundo y cuyas canciones hipermelódicas se conocen (y tararean) en todos los rincones del planeta, dedicó uno de sus temas más exitosos, El muelle de San Blas, a la historia real de una mujer que esperaba día tras día el regreso de su amado.
El lugar, un muelle, y el pueblo, también son reales. San Blas es uno de los pueblos históricos de Riviera Nayarit, conocido como el tesoro del Pacífico Mexicano. Ubicado a 35 kilómetros al norte de Rincón de Guayabitos y a 160 kilómetros del aeropuerto de Puerto Vallarta, estar allí es como transportarse a otro tiempo en el que edificios coloniales y grandes haciendas se combinan con la tranquilidad de los quehaceres diarios de los lugareños.
La canción cuenta la historia real de Rebeca Méndez Jiménez, una comerciante mexicana, que en la década de los 70, pocos días antes de su boda, recibió la noticia de que el hombre con el que se iba a casar había muerto en un naufragio. Desde entonces, la mujer pasaría todas las tardes en el muelle de San Blas vestida de novia, esperando a que su amado volviera.
El muelle original no existe hoy tal como era hace más de 40 años, pero en cercana Bahía de Matanchén se construyó en 2016 un malecón que ya se ha convertido en un icono del municipio costero de San Blas. En su extremo marítimo, se encuentra la estatua de “La Loca de San Blas”, un tributo a Rebeca Méndez Jiménez, que murió en 2012.
Pese a que la canción de Maná remueve sentimientos tristes, lo cierto es que el muelle de San Blas en realidad es un foco de alegría y actividad. Las palmeras y la naturaleza forman un marco perfecto con las aguas cristalinas de su mar y toda la zona cuenta con una amplia oferta gastronómica en la que poder probar platillos tradicionales preparados con el pescado local más fresco.
Si a ello le sumamos el maravilloso entorno natural de la zona, rodeada de manglares y estuarios naturales a los que cada año llegan más de 300 aves migratorias, seguro que la próxima vez que escuchemos esta canción somos capaces de viajar a este lugar de ensueño y sentir ese amor, esta vez correspondido.
San Blas, paraíso natural
Además de su famoso muelle, el municipio de San Blas es conocido por poseer varias maravillas naturales. Es el caso por ejemplo del parque natural La Tovara, un hábitat sorprendente integrado por un estero y un manantial de agua dulce, con canales navegables rodeados de diferentes tipos de mangle, vegetación frondosa y bellas flores como las orquídeas y bromelias. Una de las experiencias recomendadas cuando se viaja al histórico Puerto, es un paseo a bordo de una pequeña embarcación de motor a través de los manantiales.
Se recomienda hacer este recorrido durante las primeras horas del día, ya que es cuando se observa el mayor número de aves… e incluso algún que otro cocodrilo.
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