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Descubre una de las costas más emblemáticas del noroeste de Italia.
En Italia hay una zona costera en el noroeste del país denominada Cinque Terre, que abarca desde Punta Mesco a Punta di Montenero. Su nombre hace referencia a los cinco pueblos por los que está integrada: Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore. Se trata de pequeñas localidades cuyo principal atractivo son las casas de colores vivos, pintadas en los años 60 y 70 para atraer a los viajeros. La ventaja de estos municipios es que están conectados con una línea de tren, para que puedas desplazarte entre ellos sin necesidad de un transporte privado.
Monterosso
Si llegas a algún aeropuerto de Italia, tendrás facilidad para llegar hasta la gran estación Monterosso al Mare, donde podrás empezar a descubrir las maravillas de Cinque Terre. Este será el único destino íntegramente marinero, al contar con un puerto, una lonja y unos caladeros donde se recogen las famosas anchoas del norte de Italia. Si hace buen tiempo, puedes aprovechar para tomar un baño en su espectacular playa, o en su defecto, pasear por ella. En Monterosso, además de casas de colores también descubrirás otros atractivos arquitectónicos como la iglesia de San Juan Bautista.
Riomaggiore
En Riomaggiore también encontramos casas de colores entre más patrimonio destacable. Al igual que Monterosso, cuenta con una iglesia dedicada a San Juan Bautista, pero también un castillo en la parte más alta del pueblo. Subir todas sus cuestas para descubrirlo merecerá la pena, no solo por su riqueza patrimonial, también por las espectaculares vistas que ofrece de la costa italiana.
Vernazza
Vernazza ostenta el honor de tener el puerto más protegido de todos, con algunos torreones defensivos aún en pie. Estos son uno de sus principales atractivos, además del castillo de los Doria, cuyas almenas dejaron de ser un lugar de vigilancia para convertirse en un asombroso mirador. La iglesia de Santa Margarita de Antioquía y su pequeña y paradisíaca playa de piedras son otros lugares que no te puedes perder. Si lo que quieres es tener las mejores vistas del propio pueblo, sube hasta la colina que hay junto a él, desde donde podrás contemplar todo su encanto.
Corniglia
Corniglia, por su ubicación, no favorece la llegada de yates o grandes embarcaciones durante los meses de verano, motivo por el que ha quedado relegada a un segundo plano y no es un municipio tan visitado como los anteriores. Sin embargo, al visitarla podremos descubrir cómo sus habitantes conseguían sobrevivir en el pasado a pesar de estar tan aislada. Corniglia es un lugar fundamentalmente agrícola, con grandes colinas dedicadas a olivos y viñas. Se trata por tanto de un lugar tranquilo, cuyo atractivo principal lo encontramos en su plaza principal, Largo Taragio, y en los innumerables rincones bohemios y hermosos que iremos encontrando por sus calles.
Manarola
En Manarola, se produce una simbiosis entre la tierra y el mar. En este pueblo, el mar se adentra entre las sus calles y sus rocas se extienden varios metros mar adentro. De hecho, algunas de estas rocas son utilizadas por los bañistas como trampolín para zambullirse en las aguas del Mediterráneo. Además de agua, en esta zona también tenemos la posibilidad de hacer algunas rutas a pie, como la Via dell'amore. Este camino nos conducirá hasta la cerca Riomaggiore, atravesando pequeños miradores y calas que nos ofrecerán grandes lugares fotogénicos.
Por tanto, hablar de Cinque Terre es hablar de naturaleza, belleza, encanto e historia. Descubrir esta joya italiana te dará un punto de vista totalmente diferente del país, alejado de la masificación de las grandes ciudades, y te permitirá descubrir cómo es la vida tranquila de estos pequeños pueblos.
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