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El castillo de Bran como leyenda
Hay castillos, como el castillo de Bran, que han llegado a alcanzar fama internacional no tanto por quien vivió o luchó en ellos como por el envolvente poder de una gran historia literaria de la que formaron parte. Un buen ejemplo lo encontramos en Rumanía, en donde se encuentra uno de los castillos más famosos del mundo gracias a una novela de terror de Bram Stoker en la que un héroe nacional rumano se convirtió en vampiro.
Nos referimos al Castillo de Bran, morada del conde Drácula. Esta fortaleza de origen medieval es conocida en Rumanía como Törcsvári kastély y está ubicado en las proximidades de Brasov, entre las regiones de Valaquia y Transilvania.
Pese a que se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos debido a la fama del ficticio Drácula, en Rumanía no se ve con buenos ojos que ignoremos la figura de Vlad Tepes, un personaje que ellos consideran un héroe nacional, en favor de un invento literario. Curiosamente el auténtico Vlad Tepes nunca llegó a habitarlo ya que su residencia oficial fue el Castillo de Poenari, que actualmente se encuentra en estado de semi-ruina. Según la tradición, Tepes sólo pasó dos días en el calabozo del Castillo de Bran.
Origen del Castillo de Bran
El Castillo de Bran fue edificado por los caballeros Teutones a principios del Siglo XIII, cuando éstos fueron acogidos por el Reino de Hungría tras su derrota contra los sarracenos en las luchas por la Tierra Santa. Su peculiar diseño original, realmente único, quedó destruido en el año 1241, tras una serie de embestidas por parte de los tártaros. No sería hasta más de un siglo después que Luis I se encargó de reconstruirlo, con intenciones de usarlo como defensa ante el voivoda de Valaquia.
Durante su historia, el Castillo de Bran ha pasado por varias manos, desde los gobiernos de Rumanía y Valaquia hasta la familia real rumana, hasta que en el año 2007 se puso en venta por unos 50 millones de Euros, oferta que aceptó un potentado del petróleo ruso llamado Román Abramóvich, aunque el trato se canceló a última hora. Actualmente es propiedad de la familia Von Habsburg.
Pese a que el Castillo de Bran se ha convertido en un negocio en potencia gracias al mito de Drácula, el gobierno de Rumanía no acepta la explotación de éste personaje y mucho menos, la creación de un parque temático en el castillo.
Actualmente se encuentra abierto a las visitas de los turistas, aunque el paseo por el interior es limitado y es necesario disponer de un guía cualificado.
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