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Una masa boscosa única en el interior de la ría de Arosa
Cortegada, la más verde de las islas del Parque Nacional Islas Atlánticas de Galicia, un pulmón en plena ría de Arosa conocido como “el bosque flotante”, donde crece la mayor concentración de laureles de Europa.
Con esta carta de presentación y otras tantas historias y atractivas actividades, nos disponemos a conocer este espacio protegido.
Un valioso reducto de naturaleza que fue salvado de su destrucción
La más grande de las islas del archipiélago de Cortegada, que forman igualmente las Malveiras, Briñas y el islote de O Con, es un magnífico lugar a muy poca distancia de la costa, frente a la población de Santiago de Carril, de la que la separan apenas los doscientos metros que constituye el canal de los Viveros, un banco de arena que ha servido tradicionalmente de conexión entre ambas realidades.
Situada en lo más profundo de la ría de Arosa, en la desembocadura del río Ulla, esta joya perteneciente al Parque Nacional Islas Atlánticas de Galicia cuenta con una extensión de tan solo 191 hectáreas, de las que menos de cincuenta representan la parte terrestre.
Allí, en esa superficie de forma rectangular y prácticamente llana en su totalidad, cohabitan diferentes especies arbóreas que forman un tupido bosque que es la seña de identidad de esta porción de tierra y la razón del orgullo de los habitantes de toda esta área del sur de Galicia, destacando la concentración de laureles más importante de Europa.
Sin embargo, no siempre fue así en la isla de Cortegada, hasta el punto de haber podido presentar una apariencia completamente diferente a la actual.
Se cuenta que aquí hubo asentamientos vikingos, y normandos y musulmanes la usaron como base de operaciones, pero los restos de construcciones que hoy podemos observar en la isla corresponden principalmente al antiguo asentamiento de colonos que labraban estas tierras y pagaban sus rentas al Pazo de Golpelleira.
Aún más atrás en el tiempo se remonta la capilla de los Milagros, que junto con el crucero que se encuentra frente a su portada representa el principal recurso patrimonial de la isla.
Una isla que fue propiedad de la Corona Española durante dos periodos de veinte años cada uno durante el siglo XX, habiendo sido proyectada la construcción en este punto del palacio de verano de Alfonso XIII de Borbón.
Tras haber sido elegida la ciudad de Santander para levantar este palacio, la isla acabó siendo vendida a una empresa privada que planificaba edificar en ella una urbanización de lujo.
Afortunadamente, la presión popular impidió que ocurriera, y la posterior declaración como espacio natural protegido, junto con su adquisición por parte de la Xunta de Galicia, pasando a ser de nuevo de titularidad pública, acabaron por preservar Cortegada.
Rutas y actividades para disfrutar de la isla
Llegar hasta la isla de Cortegada es posible fundamentalmente mediante el uso de kayak o de las embarcaciones turísticas que unen la costa con ella.
Desde el pantalán – el muelle o embarcadero - se pueden emprender dos rutas. Una de ellas rodea la isla y la otra incorpora una vía alternativa que atraviesa el interior para adentrarse en el bosque de laurel, descubriendo además los restos de la antigua aldea.
Los paisajes que podemos contemplar al rodear la isla son increíbles, mientras que recorrer lamasa boscosa nos sumerge en un ambiente particular en el que la humedad y los olores se mezclan para aportarnos ese toque que da la frondosidad de los árboles.
Por otro lado, gracias al esfuerzo que se está haciendo por dar una adecuada cobertura turística a la isla, es posible realizar asimismo una ruta nocturna Starlight, que cautivará a cualquier amante de las estrellas y su observación. Una ruta que parte al atardecer del puerto de Carril para desembarcar en Cortegada con el fin de disfrutar del firmamento desde este punto reconocido por la calidad de su cielo nocturno.
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