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El espectáculo de remar entre paredes de vértigo y bajo los buitres leonados
Los cortados de 25 kilómetros que el río Duratón cinceló con tiempo y paciencia al oeste de Sepúlveda dibujan un impresionante escenario para esta aventura de darle al remo entre hoces de hasta 70 metros de altura, coronadas por sabinas, enebros y tomillos. Al apacible ritmo de un kayak, sin un esfuerzo desorbitado, este dulce navegar discurre encañonado al pie de los inmensos paredones de roca caliza en medio de un silencio arrebatador.
Hay que alzar los ojos al cielo, de tanto en tanto, no sólo para admirar esta maravillosa estampa sino también para descubrir, con no demasiada suerte, la majestuosa silueta de los buitres leonados. Y es que en este parque natural emplazado en el noreste de la provincia de Segovia anida la mayor colonia de esta especie que existe en el continente europeo.
Miles de aves
Buitres que comparten hábitat con alimoches, águilas reales y halcones peregrinos, además de águilas calzadas, culebreras europeas, milanos negros, azores, gavilanes, aguiluchos cenizos o cernícalos, entre otras muchas especies, algunas muy difíciles de reconocer. Las Hoces del Río Duratón son, además de un bellísimo paraje, un paraíso para la práctica del turismo ornitológico.
Por todo ello, la aventura de recorrerlo en piragua es un plan cercano y refrescante. Y también sencillo, puesto que la ruta, que dura aproximadamente tres horas en las que se recorre prácticamente toda la reserva, resulta adecuada para hacer con niños de todas las edades. Las aguas mansas del río embalsamado proporcionan una sensación general de paz y discurrir por ellas sin riesgos permite, además, acercarse a lugares a los que es imposible llegar a pie.
Se ruega silencio
Varias empresas, autorizadas por Medio Ambiente para trabajar en este espacio natural, ofrecen la experiencia del remo para la que, lo más importante, es tratar de mantener el silencio.
Hay que evitar los gritos y el rumor constante no tanto por el placer que supone dejar hablar a la naturaleza como por el riesgo que entraña para las propias aves: las crías que descansan en los cortados pueden estresarse y caer al agua, donde su destino no será otro que ahogarse.
Rutas a pie
Navegar en kayak por el Duratón es tal vez la experiencia más gratificante de este parque, pero en ningún caso la única. Para quienes prefieran ejercitar las piernas (y no los brazos) existen hermosas rutas de senderismo, que pueden emprenderse no sin antes descubrir los encantos de la villa de Sepúlveda, repleta de arte románico.
Entre todas, destaca la llamada Senda Larga, de 12 kilómetros solo ida. Un trayecto que no lleva menos de seis horas (sin contar, claro, el tiempo en las paradas), pero que tiene la recompensa de una belleza única. Bosques de ribera, cuevas, iglesias visigóticas e incluso playas para darse un chapuzón y después retomar el camino.
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