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Oculto en la Vall d'Aran, cerca de una famosa pista de esquí, hay un lago del que sale el mismo diablo
Los Pirineos esconden tesoros ocultos. Pueblos medievales, rincones bucólicos, glaciares… y también lugares que, a pesar de su belleza, son literalmente una puerta a los infiernos.
La historia y los que se acercan a la zona dicen confirmarlo. Hace falta ser creyente en los fenómenos paranormales para ello, pero la leyenda es tan grande que muchos la dan por real.
Dónde está
En la Vall d'Aran, concretamente en la parte alta del barranco de Mascarida se encuentran las llamadas puertas del infierno. Lo peor de todo, es que están abiertas y el diablo se asoma cada tanto.
La leyenda catalana del lago de Mascarida relata hechos de lo más espantosos, por eso, los pastores prefieren no acercarse a esa ladera de la montaña. Ellos, pero sobre todo su ganado, pueden correr mucho peligro.
Ataques del demonio
Dicen los lugareños que de las aguas oscuras, completamente negras de sus profundidades sale el mismo Satanás y hace de las suyas. Los pastores de Cardós y Gavàs, los municipios más cercanos a la zona, lo tienen claro.
Sólo hace falta un descuido, no estar atento, y el demonio puede acabar con su ganado. Aseguran que vale un simple despiste para el diablo surja de las aguas en forma de cerdo negro y preñe todos los rebaños que allí encuentre. Con las consecuencias que ello conlleva.
La semilla del diablo
Aseguran los que creen en esta historia que si el demonio consigue su objetivo, en cinco meses nacen unos corderos negros, gordos y con muy buena lana. Pero que no se alegren los que creen que eso es positivo, tras la primera esquilada, Belcebú regresa para llevárselas.
¿Es esta una leyenda urbana? ¿Uno de esos mitos que circulan por los pueblos? Todo apunta a que sí, la única base real, lo que sí es cierto, es que sus aguas son completamente oscuras.
Cómo llegar
En cualquier caso, no son muchos los pastores que se acercan al lago de Mascarida. En cambio, sí lo hacen los amantes del senderismo, aunque tampoco lo tienen fácil para llegar. Son más de seis kilómetros en ascenso de 623 metros. En cualquier caso, las vistas son impresionantes.
La manera más fácil de llegar es desde la estación de esquí de Tavascán. Hasta allí se llega por la carretera que une Sort con a Llavorsí y de allí a las pistas. El departamento de turismo es conocedor del interés que suscita y hay indicaciones para llegar al lugar.
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