Guerrareinos
Hola historiamigo, te doy la bienvenida a un nuevo artículo de Guerras y Reinos. Esta vez nos toca hablar de la batalla de Ipsos. Imagina que estás en un campamento militar. Sobre el pasto están tendidas miles de pequeñas casas de campaña distribuidas sobre una llanura. El viento sopla con suavidad y pega sobre tu rostro. Por todos lados se ven soldados caminando de un lugar hacia otro. De pronto tocan las trompetas y todos se reúnen en un espacio para escuchar al general.
Muerte de Alejandro Magno y la sucesión
El 13 de junio del 323 a.C. murió Alejandro Magno sin dejar a un sucesor claro. Ese fue el primer problema que tuvo que enfrentar su imperio. Tenía un medio hermano, Filipo III, que, tras algunas discusiones, fue aceptado como rey. La situación con este príncipe es que tenía un retraso mental, y por lo tanto era incapaz de gobernar.
La esposa de Alejandro, Roxana, estaba embarazada y todos los generales esperaron a su sucesor. Este nació unos meses después, era Alejandro IV de Macedonia. Pérdicas y Leonato fueron nombrados sus tutores.
La incapacidad de los sucesores de Alejandro llevó a los generales a dividir el territorio para su administración en nombre del rey. Por entonces la idea de partición no estaba en sus mentes. El Imperio alejandrino estaría vivo unos veinte años más. Pérdicas fue el mayor impulsor de la centralización. Los diversos cargos de la administración del imperio fueron confiados a los generales.
Inicia la lucha de los diádocos
La unidad pronto se rompió y los diadocos comenzaron a luchar por sus intereses particulares una vez que tomaron posesión de los territorios. Se libraron al menos seis guerras entre los diadocos. En estos enfrentamientos murieron asesinados Pérdicas (321 a.C.), Filipo III (317 a.C.) y Alejandro IV (309 a.C).
Sin una autoridad central fuerte, el imperio de Alejandro se fragmentó. Casandro se quedó con la regencia de Macedonia y Lisímaco con la de Tracia. Ptolomeo con la de Egipto, Seleuco con la de Mesopotamia y Antígono con la de Asia Menor y el Levante.
En el 308 a.C. la paz firmada tres años antes entre los diádocos se volvió a romper. Comenzaba la Cuarta Guerra de los Diádocos. Ptolomeo de Egipto y Antígono se aliaron en contra de Casandro. El primero se quedaría con Grecia y el segundo con las islas egeas. Ptolomeo armó una flota y atacó Grecia, sin embargo, unos disturbios en Cirenaica lo hicieron abortar la expedición.
Los diádocos se proclaman reyes para legitimar su poder
Antígono aprovechó las dificultades de Seleuco en Mesopotamia y de Ptolomeo en Egipto, para centrarse en la conquista de Grecia. Para este fin envió a su hijo Demetrio a apoderarse del territorio en el 307 a.C. Casandro fue derrotado y expulsado de Grecia y Demetrio se proclamó hegemón del territorio. La libertad de todas las polis fue usada como propaganda.
Este éxito provocó la molestia de Ptolomeo, que rompió la paz con Antígono y atacó el sur del Levante. Ante esta situación Demetrio fue llamado por su padre para luchar y en el 306 a.C. derrotó a la flota de Ptolomeo en Chipre.
De todos los generales fue Antígono el único que ambicionaba la unidad del imperio bajo su mando. Aprovechó los éxitos contra sus enemigos para proclamarse rey, asumiendo la sucesión de Alejandro a falta de sus herederos directos. De esta manera se legitimaba para ocupar el resto de los territorios. Los demás diádocos no aceptaron este nombramiento, que los deslegitimaba, y se autoproclamaron reyes también. Así nacieron las monarquías helenísticas.
Se forma una coalición
En el 305 la guerra continuó. Antígono intentó invadir Egipto, pero el mal clima lo impidió. Rodas fue sitiada entre el 305 y 304 a.C. por la flota de Demetrio. La ciudad no fue tomada, pero fue forzada a aliarse con Antígono.
La guerra continuó en Grecia. Casandro atacó y derrotó a las tropas de la liga Etolia. Antígono envió a su hijo Demetrio a hacerle frente y combatieron en Tesalia, pero no hubo un claro vencedor. Demetrio esperaba destruir a Casandro, por lo que recabó la ayuda de las polis griegas y revivió la liga de Corinto.
Casandro llamó a los demás generales en su ayuda. Estos no podían permitir la caída de Macedonia, pues daría mayor legitimidad a Antígono. Así que se volvió a formar una nueva coalición. La estrategia era resistir en Macedonia y ejecutar un ataque contra Anatolia.
Ofensiva contra Antígono
En la primavera del 302 a.C. Lisímaco invadió Anatolia por el norte con la ayuda de las tropas de Casandro. En su camino algunas ciudades como Éfeso y Lampsacus; así como los gobernantes de Pérgamo, Sardes y Synnada, se pasaron a su bando.
Antígono, por su parte, reunió sus tropas en Siria y avanzó al norte contra el invasor. Lisímaco esquivó la batalla hasta la llegada del invierno y se estableció en Heraclea.
Por este tiempo se supo de la llegada de Seleuco desde Oriente. Este general había estado luchando por imponer su autoridad en el territorio que gobernaba. En el 303 a.C. había hecho la paz con Chandragupta, un gobernante hindú al que cedió parte de sus dominios a cambio de 500 elefantes. En la primavera del 301 a.C. llegó a Occidente para unirse con Lisímaco.
Esta nueva amenaza hizo que Antígono llamara a Demetrio, que estaba en Grecia combatiendo a Casandro. Este llegó a Anatolia y desembarcó en Éfeso, que volvió a poner bajo su mando. Después atacó y recuperó las regiones que había ocupado Lisímaco y con su flota se hizo dueño del mar.
Movimientos antes de la batalla
Casandro, una vez libre de Demetrio, recuperó Tesalia y Fócida y amenazó Argos. También derrocó a Pirro de Epiro y puso a Neóptolemo en su lugar. Por ese tiempo envió a su hermano Pleistarco con 12 000 soldados y 500 jinetes para ayudar a Lisímaco. Este no pudo atravesar el Helesponto, por el dominio naval que tenía Demetrio y optó por cruzar por el mar Negro. Sin embargo, una tormenta hizo que se perdieran la mitad de sus tropas.
Se cuenta también que un joven Pirro de Epirro, derrocado por Casandro, ingresó en las filas de Antígono, esperando recuperar su reino.
Ptolomeo también armó un ejército y atacó Fenicia. Su intención era apoderarse de los puertos del Levante. Mientras sitiaba Sidón recibió las noticias falsas de la derrota de Lisímaco y volvió a Egipto.
Despliegue táctico
En el verano del 301 a.C. las fuerzas enfrentadas se congregaron en la ciudad de Ipsos. Existen muy pocas fuentes que describen la batalla. Plutarco nos da una idea en su obra Vidas paralelas. De Diodoro se conservan algunos fragmentos, pero el libro que contiene la narración está perdido.
Como fuera, se puede suponer que formaron al estilo táctico de los enfrentamientos del periodo. La falange en el centro con la caballería a los lados. Antígono puso a los elefantes al frente, mientras Seleuco los puso en retaguardia.
Según Plutarco las tropas de Antígono tenían 70 000 soldados, 10 000 jinetes y 75 elefantes. Las tropas de Seleuco y Lisímaco tenían unos 64 000 infantes, 10 500 jinetes y 500 elefantes.
Antígono tendría el mando de su infantería mientras que su hijo Demetrio el de la caballería. Antígono ya tenía 80 años de edad, por lo que no usó armadura, al serle muy pesada. Del bando contrario Seleuco tendría el mando mientras su hijo Antíoco mandaría la caballería.
La batalla
La táctica de lucha era usar la caballería en cuña para penetrar sobre las líneas de infantería y desbaratarla. Mientras la infantería avanzaba lentamente, las caballerías de ambos ejércitos se pusieron en acción. Tras una lucha entre Demetrio y Antíoco, este último fue vencido y se retiró. Demetrio lo persiguió sin considerar que el flanco de la infantería quedó descubierto.
Seleuco vio la oportunidad y envió a sus elefantes contra el flanco descubierto de Antígono. Demetrio intentó volver a su posición, pero los elefantes ya estaban interpuestos en su camino, así que intentó rodearlos para auxiliar a su padre.
Antígono confiaba en la victoria y mantuvo la posición, a la espera de la ayuda de su hijo. Algunas de las tropas del flanco atacado por los elefantes huyeron. En ese momento unas flechas alcanzaron el cuerpo del anciano general, que cayó muerto. Tras ese acontecimiento su ejército se desmoronó y comenzaron a huir, otros se rindieron. Demetrio, al ver el desastre, huyó.
Consecuencias
La muerte y derrota de Antígono sepultaron sus pretensiones de unir al imperio de Alejandro. Su cuerpo fue enterrado con todos los honores y sus dominios quedaron desmembrados. Seleuco se apodero de Siria, Fenicia y el oeste de Anatolia. Lisímaco se quedó con la parte norte y este de la misma península. Pleistarco, el hermano de Casandro, se hizo con Cilicia y Caria, mientras Casandro ocupó Grecia.
Ptolomeo se apoderó de una región al sur de Siria y este de Palestina llamada Coilesiria. Esto supuso el conflicto con Seleuco y el inicio de las guerras sirias, concluidas hasta el 168 a.C. Demetrio escapó con una parte del ejército y su flota intacta y luchó contra Macedonia por dominar el reino y Grecia. Su hijo Antígono Gonatas se convertiría eventualmente en rey.
La alianza de los diádocos no duró. Seleuco y Lísimaco se enfrentaron en Anatolia por el dominio completo de la región. Lísimaco se alió con Ptolomeo mientras Seleuco lo hizo con Demetrio.
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