En las vastas extensiones de la India, en medio de sus coloridos bazares y templos centenarios, nació una figura que cambiaría el destino de una nación y, con él, el curso de la historia moderna. Mohandas Karamchand Gandhi, mejor conocido como Mahatma Gandhi, nació en 1869 en Porbandar, un pequeño pueblo costero en el estado de Gujarat.
Desde joven, Gandhi mostró un profundo interés por la justicia y la equidad. Esta pasión lo llevó a estudiar Derecho en Londres. Sin embargo, fue en Sudáfrica, donde trabajó como abogado, que su vida dio un giro inesperado. Al enfrentarse directamente con las brutales leyes de segregación racial, Gandhi desarrolló su filosofía de satyagraha, o resistencia no violenta.
Después de dos décadas en Sudáfrica, regresó a la India en 1915, donde se convirtió en el líder del movimiento de independencia contra el dominio británico. Inspirado en parte por los textos sagrados hindúes, así como por figuras como Tolstoi y Thoreau, Gandhi propugnaba la no violencia y la desobediencia civil como medios para lograr el cambio.
Vistiendo simplemente con un dhoti de algodón, y con su bastón en mano, este frágil pero firme líder marchó 390 kilómetros en la histórica Marcha de la sal en 1930, un acto de desobediencia civil contra los impuestos británicos. Miles se unieron a él en su camino, convirtiéndolo en un símbolo viviente de resistencia pacífica.
Pero Gandhi no solo luchó por la independencia de la India. También abogó por la unidad entre hindúes y musulmanes, y trabajó incansablemente para mejorar la situación de los "intocables", a quienes rebautizó como "Harijans" o hijos de Dios.
Sin embargo, su camino no estuvo exento de obstáculos. Fue encarcelado en múltiples ocasiones y enfrentó críticas tanto de aliados como de adversarios. Pero su compromiso con la paz y la justicia nunca flaqueó.
Tras décadas de lucha, la India finalmente obtuvo su independencia en 1947. Pero la victoria vino con un precio: la nación fue dividida en dos, India y Pakistán, lo que provocó violentos enfrentamientos entre hindúes y musulmanes. Profundamente afectado por esta división, Gandhi realizó ayunos para promover la paz entre ambas comunidades.
Lamentablemente, su vida fue truncada por el fanatismo. El 30 de enero de 1948, Gandhi fue asesinado por un radical hindú. Sin embargo, su legado trascendió su muerte. Su filosofía de no violencia ha inspirado a innumerables líderes y movimientos alrededor del mundo, desde Martin Luther King Jr. en Estados Unidos hasta Nelson Mandela en Sudáfrica.
Hoy, al recorrer las calles de la India, es imposible no sentir la presencia de Gandhi. Su imagen adorna monedas, estampillas y murales. Pero más allá de su imagen, su espíritu vive en el corazón de millones que creen en un mundo más justo, pacífico y equitativo. Mahatma, que significa "alma grande", es un título que Gandhi ciertamente merece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario