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La cultura e historia de nuestro país cuentan con grandes artistas cuyos nombres han dado la vuelta al mundo por su excelencia y la belleza de sus obras. Músicos, pintores, escultores y muchos otros creadores de belleza han decorado las calles de España con sus obras pero detrás de cada uno de ellos hay una historia que contar y cosas por descubrir. Picasso es uno de ellos y sus viajes por el país le inspiraron en algunas de sus creaciones.
El pintor y escultor español recorrió España y otros países del mundo en busca de ideas para sus nuevas obras y en su camino encontró algunos lugares de los que quedó prendado y a los que volvió en numerosas ocasiones durante su vida. Aunque hay un pueblo en concreto que enamoró a Picasso y en el que se puede ver reflejada la historia del artista al pasear por sus calles.
El municipio catalán que enamoró a un pintor
El pintor quedó prendado de un pequeño pueblo catalán ubicado en la región de Terra Alta, justo entre las imponentes sierras de los Pesells y la grandeza del Parque Natural de los Puertos, en Tarragona. Se trata de Horta de Sant Joan, un municipio que dejó huella en uno de los más grandes artistas del siglo XX y en el cual está muy presente a día de hoy.
La historia de amor entre el pueblo y el pintor comenzó en el verano de 1898 cuando un joven Pablo Picasso de tan solo 16 años recibió una invitación que lo llevaría a conocer uno de sus lugares favoritos. Horta de Sant Joan se convertiría poco tiempo después en una gran fuente de inspiración para él y se vería reflejado en algunas de sus obras más famosas.
Su compañero de estudios Manuel Pallarés le invitó a conocer el pueblo para que Picasso se recuperara de la escarlatina que sufría aquel verano de 1898. Aquí comenzó el comienzo de una relación artística que acompañó al artista toda su vida. Nada más llegar a Horta de Sant Joan, el pintor quedó prendado de la naturaleza y la vida rural que decoraban el paisaje del pueblo y que reflejaría años después en sus creaciones.
La vida de Picasso por las calles de Horta de Sant Joan
La historia y el paso del artista por el municipio puede explorarse actualmente en el Centro Picasso, un edificio renacentista del siglo XVI que fue creado en sus inicios para ser un hospital que estuvo en funcionamiento durante años. Allí se pueden contemplar algunos dibujos en los que el joven pintor inmortalizó la vida de Horta de Sant Joan con un carboncillo y que reflejaban imágenes de pastores, campesinos, niños, fiestas populares y paisajes que quedaron plasmados en su obra.
Picasso residió durante ocho meses en el pueblo y durante ese periodo de tiempo logró la inspiración para crear algunas de sus obras más emblemáticas como La Blasa o La Fábrica, cuyos paisajes corresponden a Horta y que a día de hoy están expuestos en el Museo de Arte Moderno de Moscú.
La conexión emocional de Picasso con Horta de Sant Joan se refleja en una de sus frases más célebres, "todo lo que sé lo aprendí en Horta". En plena plaza del pueblo en la que su decoración principal parecen ser las terrazas y los locales, se encuentra el verdadero protagonista, un mapa de la villa cuyos carteles dan la bienvenida a los viajeros y en la que se encuentra escrita esa famosa frase.
Años después, en 1909, el pintor regresó al municipio durante el verano tras un viaje por Barcelona y París. Recorrer las calles empedradas de Horta es una auténtica maravilla que hay que vivir al menos una vez en la vida.
Qué ver en Horta de Sant Joan
Además del increíble museo que refleja el paso de Picasso por el pueblo, en Horta de Sant Joan hay un sinfín de enclaves preciosos que visitar. Si paseas por sus calles podrás encontrar fácilmente su Ayuntamiento, un precioso edificio decorado con el estilo renacentista y cuyos orígenes se remontan al siglo XVI. Esta construcción cuenta con vistosos soportales y en su fachada destaca un mural de Fernando VII en el que se conmemora las Cortes de Cádiz.
Otro de los imprescindibles es la Casa de la Comanda, una vivienda que a día de hoy es de propiedad privada y cuya construcción data del siglo XVI cuando se creó para ser la sede de la Orden de San Juan de Jerusalén. Este palacio de tres plantas está decorado con impresionantes gárgolas de piedra y a día de hoy aún conserva la torre fortificada y el portón de arco de medio punto.
Hay mucho más por descubrir en Horta de Sant Joan, pero si quieres saber los motivos por los que el gran Pablo Picasso se enamoró perdidamente de este pueblo debes hacer las maletas y disfrutar de una escapada única en este municipio de Tarragona cargado de historia y belleza que es una auténtica maravilla.
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