Salí del antiguo cementerio en ruinas. Los nombres de quienes descansan allí han sido borrados por el tiempo y el olvido de sus seres queridos. El último entierro en este sitio tuvo lugar en 1948, cuando un trágico derrumbe en una mina cercana sepultó a ocho mineros. Todos fueron enterrados aquí, excepto yo. Aunque siete de mis compañeros yacen en este lugar, mi cuerpo jamás fue hallado, quedando atrapado entre los escombros del desastre.
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