CanalHistoria
Karen Paola DÃaz Talavera
En particular, Cleopatra y sus predecesores a menudo se vieron envueltos en luchas internas, donde hijos se enfrentaban a sus padres y hermanos entre sÃ. Sin embargo, no siempre fue asÃ. Ptolomeo I y su hijo Ptolomeo II fueron gobernantes prudentes que expandieron significativamente el imperio. Pero, siendo Egipto la provincia más rica de las sucesoras de Alejandro, los Ptolomeos rápidamente se sumergieron en el despilfarro y el vicio durante siglos.
Un ejemplo claro de esta decadencia es Ptolomeo VIII, bisabuelo de la Cleopatra que todos conocemos, apodado Fiscon por los griegos debido a su obesidad. Su reinado estuvo marcado por intrigas y conflictos. Se casó con su hermana Cleopatra II y, posteriormente, con su propia sobrina, Cleopatra III, sin divorciarse de la primera. Este entramado familiar desembocó en un exilio forzado, durante el cual se llevó al hijo que tuvo con Cleopatra II.
El regreso de Ptolomeo VIII fue igualmente macabro. Durante la celebración de cumpleaños de Cleopatra II, ella recibió una caja marcada como un regalo de cumpleaños. Durante su gran festejo, abrió el regalo y se encontró con los restos desmembrados de su hijo. Este acto atroz desencadenó una guerra civil, dividiendo a AlejandrÃa entre los leales a Cleopatra II y los partidarios de Ptolomeo VIII. A pesar de sus esfuerzos por restaurar y expandir el reino, su reinado se recordará siempre por sus actos brutales y la inestabilidad polÃtica que causó en Egipto.
Ptolomeo VIII, conocido por su crueldad y extravagancia, ejemplifica la decadencia de la dinastÃa ptolemaica. Su gobierno, plagado de conflictos y actos vengativos, contrasta marcadamente con la sabidurÃa y la prudencia de los primeros Ptolomeos. La historia de Ptolomeo VIII es un recordatorio de cómo el poder y el lujo pueden corromper, llevando a un gobernante a actos de violencia inimaginable y a la ruina de su propio reino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario