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No hace falta irse hasta Turquía para descubrir su inusual paisaje de arenas rojizas. En El Bierzo tenemos nuestra particular Capadocia, que también forma parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad.
El viajero que llega hasta Capadocia lo hace con el objetivo de descubrir un paisaje único, de esos que se quedan grabados para siempre en la memoria y que parecen sacados de una película Disney. La erosión a lo largo de millones de años ha ido esculpiendo un escenario único en el que contemplar las imponentes chimeneas de hadas, un espectáculo que atrae a fotógrafos y viajeros de todo el mundo.
La imagen de los globos aerostáticos surcando los cielos de esta región de Turquía sobrecoge e impresiona, pero debe saber el explorador que no hace falta recorrer los casi 4.500 kilómetros que separan nuestro país de esta joya de la naturaleza para descubrir un paisaje similar. ¿Nos acompañas a descubrir la Capadocia española?
En la región de El Bierzo, dejando al noroeste los Montes Aquilianos y junto al valle del río Sil, descubrimos un espectacular entorno que nos traslada a las famosas chimeneas de hadas de la Capadocia turca, aunque en realidad este paisaje tiene un origen bastante diferente.
El origen de Las Médulas
Antes de poner un pie en Las Médulas y adentrarnos en este paraíso visual, resulta interesante descubrir el origen del entorno. Y este se remonta al Imperio Romano, ya que fue una antigua explotación minera de oro.
Las Médulas está considerada la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el Imperio Romano, el trabajo realizado para extraer el oro alteró el medio ambiente de la zona, dando como resultado un sorprendente paisaje de arenas rojizas cubierto de encinas, castaños y robles.
Este enclave no fue elegido al azar para comenzar a buscar oro. La riqueza de las tierras, la presencia de agua y un terreno con empinadas pendientes constituían el marco idóneo para poner a prueba la fuerza hidráulica y utilizar las pendientes como desagües que acababan en el Sil.
El sistema utilizado para la extracción es el denominado ‘ruina montium’, que canalizaba y embalsaba en la parte superior de la explotación el agua de los riachuelos y estos con su fuerza deshacían la montaña y arrastraban las tierras auríferas hasta los lavaderos. Estos movimientos de tierra dieron lugar a unas llanuras que hoy dan acceso a zonas como el Lago Carucedo, considerado humedal protegido.
El entorno de Las Médulas fue declarado ‘Bien de Interés Cultural’ en el año 1996 debido a su interés arqueológico y un año más tarde, la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad. Como curiosidad, es interesante saber que Tailandia, Alemania y Finlandia se opusieron a la decisión de nombrar ‘Las Médulas’ patrimonio de la humanidad al considerar que el paraje era el resultado de la actividad destructora del ser humano y suponía un perjuicio para la causa de la protección medioambiental.
Descubriendo Las Médulas
El viajero que quiera descubrir la Capadocia española puede iniciar la ruta en su Aula Arqueológica, ya que allí se explica cómo se llevaba a cabo la extracción de oro, así como las diferentes obras de ingeniería que se acometieron para la canalización del agua.
Entre la fauna actual que se puede encontrar an Las Médulas destaca el jabalí, el corzo o el gato montés. En cuanto a las aves, existen más de cien especies, localizadas la mayoría de ellas en la vertiente del río Cabrera.
En definitiva, tanto si te interesa la flora y fauna de la Capadocia española, o simplemente quieres pasear por un paisaje único, Las Médulas es el lugar perfecto para descubrir un entorno único cargado de historia que data del antiguo Imperio Romano.
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