La ciudad de Lisboa es una de las más visitadas por los turistas españoles, debido principalmente a la cercanía, pero también porque la capital del país vecino rebosa encanto por los cuatro costados. La urbe espera a los viajeros con enormes atractivos, empezando por el castillo de San Jorge, que domina el horizonte desde lo alto de una colina, y siguiendo con otros puntos icónicos como la Plaza del Comercio y el ascensor de Santa Justa.

Sin embargo, una ciudad tan histórica como Lisboa, tiene mucho más que ofrecer. Algo que se sale por completo de los circuitos clásicos es la visita a las Galerías Romanas de la Baixa, antiguas catacumbas que se abren al público solo en fechas concretas y nos brindan la oportunidad de vivir una experiencia fascinante en las profundidades del céntrico barrio de La Baixa.

Las Galerías Romanas de la Baixa

Las Galerías Romanas que se esconden bajo Lisboa fueron descubiertas en 1771, durante las obras de reconstrucción en la ciudad tras el destructor terremoto que la asoló en 1755. Esta estructura subterránea formaba parte de la antigua ciudad romana de Olisipo y correspondería a un criptopórtico, es decir, "las edificaciones que los romanos utilizaban en terrenos difíciles o irregulares para sujetar grandes edificios de utilidad pública", señalan desde Turismo de Lisboa. 

Además, aquí se encontró una inscripción dedicada a Esculapio, el dios de la curación en la mitología romana, que dataría del siglo I d.C. Ya a principios del siglo XX, las galerías pasaron a ser conocidas como Conservas de Água da Rua da Prata, y es que eran usadas por la población como un sistema de cisternas.

Cómo visitar estos restos romanos

Con el objetivo de poner en valor este espacio histórico de la ciudad, el Museo de Lisboa (una institución gestionada por el Ayuntamiento de Lisboa para reunir y promover el patrimonio de la capital portuguesa) abre las Galerias Romanas durante dos periodos del año: algunos días en abril y en septiembre. Las visitas son muy limitadas al priorizar la conservación de estos vestigios, ya que hay que mantener estables los niveles de humedad relativa y de agua del interior.

Las reservas para las visitas deben hacerse con mucha antelación si queremos asegurar nuestra plaza. Además, para mejorar la experiencia aún más, estaremos acompañados por técnicos altamente cualificados para explicar la historia de Lisboa.