lunes, 30 de septiembre de 2024

Octubre llega con subidas en el IVA del aceite, los alimentos básicos y la pasta

20M 


Subida en el IVA de los alimentos

El cambio de mes que llega esta semana se dejará sentir a la hora de llenar el carro de la compra. Las rebajas del IVA al aceite y alimentos básicos que el Gobierno prorrogó el pasado mes de junio se revertirán parcialmente a partir del 1 de octubre. El resultado inevitable será un aumento en el precio de estos productos, aunque el impacto sobre el bolsillo debería ser limitado.

Tal y como se recoge en el decreto en el que el Ejecutivo articuló la medida, el tipo de IVA que grava el aceite de oliva y los comestibles de primera necesidad subirá desde el 0% fijado en julio hasta el 2%. Entre estos alimentos básicos se encuentran el pan, la harina, la leche, el queso, los huevos y las frutas, verduras, hortalizas, tubérculos y cereales. Además, el tipo impositivo aplicado a los aceites de semillas (como el de girasol) y la pasta repuntará del 5% actual al 7,5%.

Un cálculo rápido basado en los precios de venta online de varios supermercados da pistas sobre el impacto que puede llegar a tener el alza del IVA en estos productos. El caso más significativo es el del aceite de oliva, que se vende a 6,95 euros el litro en su modalidad de marca blanca en la mayoría de establecimientos. Un aumento del IVA al 2% implicaría un alza automática de 14 céntimos en el precio del litro de 'oro líquido'. En el caso del aceite de girasol, una botella de litro pasaría de 1,45 euros a 1,48, apenas tres céntimos.

Más ejemplos. En el caso de la leche, un pack de seis cartones de litro puede rondar los 5,4 euros. Tras el alza de IVA, el precio aumentaría hasta los 5,51 euros. Una docena de huevos pasaría de 2,19 a 2,23 euros o el precio de un kilo de macarrones crecería de 1,18 a 1,2 euros. En cualquier caso, el impacto del alza impositiva dependerá del precio y la cantidad de cada producto que se trate. Las referencias que se dan son meramente orientativas. 

Estos tipos de IVA se mantendrán vigentes hasta el 31 de diciembre. A partir del 1 de enero, todos los alimentos básicos volverán al porcentaje de gravamen habitual previo a la crisis inflacionaria. Es decir, al 4% en el caso de los comestibles esenciales y el 10% para la pasta y los aceites de semillas. La única excepción es el aceite de oliva, que se instalará para siempre en el 4% (antes estaba en el 10%) tras recibir la consideración de alimento básico que antes no tenía. 

Por tanto, el nuevo año llegará con nuevas subidas en el precio de los alimentos, aunque el impacto será bastante similar al que se verá en octubre. En todo caso, la tendencia de fondo a la moderación en el precio de la cesta de la compra debería amortiguar el golpe. Siempre y cuando las empresas no aprovechen la coyuntura para elevar precios por encima de lo que marque el alza impositiva. 

Precisamente, el hecho de que la inflación alimentaria esté cada vez más controlada es uno de los motivos que justifican la supresión de los beneficios fiscales a los alimentos. Uno de los últimos que todavía quedan vigentes de la época del escudo anticrisis desplegado tras la invasión rusa de Ucrania. 

En septiembre, los precios del consumo apenas crecieron un 1,5%, el dato más bajo en más de tres años. Sin embargo, las alzas del IVA alimentario y los precios de la energía acelerarán la inflación en el tramo final del año. Los analistas de Funcas prevén que el IPC repunte hasta el 2,9% en diciembre. A partir de ahí, se espera que el indicador descienda hasta asentarse por debajo del 2%

Además, los últimos datos de inflación detallados por capítulos (publicados en agosto) sitúan a casi todos los alimentos afectados por rebajas fiscales en niveles normales. Con la excepción del aceite de oliva (todavía un 19,4% más caro que hace un año), las subidas de precio del resto de comestibles esenciales están ya en niveles inferiores al 3%. En algunos casos se observan incluso caídas en el precio. 

Más allá de la contención de la inflación, los ajustes fiscales que Bruselas exige para cuadrar las cuentas públicas obligan al Gobierno a retirar el grueso de las ayudas públicas introducidas estos años. Buena parte del ahorro fiscal que ha previsto el Ejecutivo para 2025 procede de la supresión de estas medidas. 

El IVA de la luz volverá al 21% en enero 

Las rebajas fiscales a los alimentos no son la única medida de alivio que todavía permanece vigente. El Ejecutivo mantiene todavía beneficios fiscales en el IVA de la factura de la luz o la interrupción de suministros básicos hasta el 31 de diciembre de este año. También sigue en vigor el bono social eléctrico, que caducará en junio del año que viene. 

En el caso del IVA eléctrico, el tipo que se aplica es del 10%, aunque ese porcentaje está vinculado al precio mayorista de la energía. Si el coste en origen de la electricidad cae por debajo de los 45 €/Mwh, el tipo que se aplica es del 21%. Entre febrero y junio, la caída del precio mayorista de la luz provocó que el IVA ascendiera al 21%, pero el repunte de costes visto durante el verano ha permitido que los consumidores se beneficien de un tipo reducido. A partir del 1 de enero, el IVA eléctrico volverá a ser el 21% por defecto.

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