viernes, 4 de octubre de 2024

Canal Viajar : Qué queda de Jericó, la ciudad más antigua del mundo, en el siglo XXI

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Es considerada la ciudad más antigua del mundo y, aunque ahora es imposible visitarla por el terreno en el que se asienta, es de justicia que recordemos todo lo que queda de ella.

Existen numerosos registros sobre ciudades y civilizaciones muy antiguas que han dejado huellas imborrables en la historia, plasmadas en los restos arquitectónicos que han resistido el paso del tiempo. Un ejemplo fascinante es la ciudad de Jericó, considerada la más antigua del mundo según los estudios, ya que ha estado habitada desde la Edad de Hielo.

A lo largo de los siglos, los arqueólogos han desenterrado valiosos restos de aquellas primeras poblaciones que habitaron la región, en pleno corazón de Judea. Jericó ha sido catalogada como la ciudad más antigua del planeta, con más de 10.000 años de antigüedad. En sus orígenes, un grupo de personas se asentó en este árido paisaje, creando un campamento que eventualmente se convertiría en una civilización. Se sustentaron mediante la caza y la recolección, hasta que comenzaron a desarrollar la agricultura gracias a las condiciones favorables de la zona para sembrar y cultivar. Esto permitió el crecimiento de la ciudad, que poco a poco se transformó en un lugar con murallas, casas y torres defensivas.

El clima también desempeñó un papel fundamental en su desarrollo. Cuando las temperaturas se estabilizaron tras el fin de las glaciaciones, fue posible avanzar en la fabricación de cerámicas y herramientas que facilitaron la vida de sus habitantes. En épocas posteriores, el lugar fue bautizado como Jericó, cuyo nombre significa "el lugar de las palmeras". Las torres y murallas, construidas con rocas, no solo servían para vigilar posibles invasores, sino también para controlar el flujo del manantial, vital para la supervivencia de la ciudad.

Las excavaciones realizadas han sacado a la luz diversos materiales, como cerámicas, tallados en piedra y grandes bloques con inscripciones prehistóricas, que revelan la antigüedad y la complejidad de la civilización que habitó Jericó. Las viviendas, por ejemplo, estaban hechas de paja y arcilla, y su tamaño promedio era de unos cinco metros de diámetro.

Entre los puntos de interés más destacados de Jericó se encuentra el Palacio de Hisham, un palacio omeya del siglo VIII, del cual aún se pueden distinguir la mezquita, el patio y la casa de baños. Durante las excavaciones se encontraron numerosos objetos en este lugar, algunos de los cuales están expuestos en el Museo Rockefeller de Jerusalén.

Jericó también cuenta con las ruinas de su pasado remoto, aunque a simple vista puedan parecer simples piedras dispersas. Estas ruinas marcan el lugar donde surgió la ciudad hace miles de años. Cerca de allí se encuentra la Fuente de Eliseo, famosa por llevar la inscripción "la ciudad más antigua del mundo", un símbolo del significado histórico de Jericó. Otro lugar notable es el Monte de la Tentación, que según la tradición cristiana fue donde Jesús ayunó durante 40 días y resistió las tentaciones del diablo. Este monte, cargado de simbolismo religioso, resalta la importancia de Jericó en la historia del cristianismo, ya que también se cree que Dios hizo caer sus murallas ante la llegada de los israelitas, tal como narra el Antiguo Testamento.

Aunque actualmente Jericó se encuentra en una zona conflictiva y ya no es posible visitarla como antes, los descubrimientos y estudios realizados nos permiten seguir aprendiendo de su rica historia. Jericó sigue siendo reconocida como la ciudad más antigua de la historia, un lugar de importancia arqueológica y cultural incomparable, que ha sobrevivido milenios de cambios y desafíos.

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