El Pirineo aragonés es uno de los lugares más especiales de toda España, y es que este impresionante entorno al norte de la provincia de Huesca, cerca de la frontera con Francia, tiene espacios naturales extraordinarios y localidades perfectas para una escapada de turismo rural. Pero entre la inmensidad de su vegetación también se pueden encontrar joyas ocultas cuya existencia no conocen muchos turistas.

Una de esas maravillas escondidas en la inmensidad pirenaica es el Monasterio de San Adrián de Sasabe, aunque hoy en día solo se conserva una pequeña ermita. Situado en el término municipal de Borau, como se indica en la web de turismo de Aragón, puede parecer a simple vista un santuario más, pero lo cierto es que tuvo una gran importancia histórica en la zona, e incluso se cuenta la leyenda que pudo llegar a albergar una de las mayores reliquias de la historia de la humanidad: el Santo Grial.

San Adrián de Sasabe, una joya oculta en los Pirineos

Monasterio de San Adrián de Sasabe
Monasterio de San Adrián de Sasabe

El Monasterio de San Adrián de Sasabe se levantó en el siglo XI y tuvo una importancia capital en la región, y es que fue refugio de los obispos que querían huir de las tropas musulmanas que intentaban conquistar la Península Ibérica. De estilo románico y visigodo (se erigió sobre un templo de dicha época, como se afirma en la web de Patrimonio Cultural de Aragón), hoy en día solo se conserva una ermita del siglo XVI que los vecinos de Borau levantaron sobre las paredes del templo original.

Con notables influencias del arte románico lombardo-jaqués, este pequeño santuario de interior austero estuvo oculto durante décadas debido a la tierra que arrastraba un torrente, pero finalmente se recuperó en 1957, y nueve años más tarde fue declarado Monumento Histórico-Artístico. Además de ser una importante sede del obispado aragonés en la Edad Media, la historia de San Adrián de Sasabe está intrínsecamente relacionada con la leyenda del Santo Grial.

Interior del Monasterio de San Adrián de Sasabe
Interior del Monasterio de San Adrián de Sasabe

Según la leyenda, los obispos y religiosos que se refugiaron en San Adrián de Sasabe se llevaron consigo el Santo Grial, antes de que la reliquia continuase su camino hacia San Juan de la Peña y la catedral de Valencia. No hay ninguna certeza al respecto, pero esta increíble historia no hace más que añadir misticismo a una de las grandes joyas escondidas del patrimonio de Aragón.

Cómo llegar a la Ermita de San Adrián de Sasabe

La actual Ermita de San Adrián de Sasabe se encuentra a unos dos kilómetros del casco urbano de Borau, y para llegar a ella se pueden tomar varios caminos que discurren por el Valle del Aragón. El trayecto por la impresionante naturaleza del entorno pirenaico es de apenas media hora.