La mayor parte de los viajeros de España y del resto del mundo que visitan la región italiana del Véneto dedican todo su tiempo a Venecia, uno de los destinos del universo turístico que mayor cantidad de visitantes recibe por metro cuadrado. Algo incomprensible teniendo en cuenta la cantidad de tesoros que se encuentran a su alrededor. Uno de ellos es Chioggia, una localidad pesquera que parece Venecia, pero no lo es. Más pequeña y mucho más tranquila que su "hermana mayor", con sus casas de colores, puentes y hermosos rincones es la mejor opción frente a la masificación e inconvenientes de esta.

Chioggia, la pequeña isla del Adriático

Puente Caneva, en el centro histórico de Chioggia, norte de Italia (región del Véneto).
Puente Caneva, en el centro histórico de Chioggia, norte de Italia (región del Véneto).

Cualquiera que haya visitado Venecia seguro que se habrá visto apabullado por una oleada de turistas colapsando las principales atracciones y dificultando hasta el poder tomar una simple foto. Sin embargo, la zona del Véneto es mucho más que este popular lugar de vacaciones. Situada a unos 50 kilómetros de Venecia y más antigua que esta, Chioggia se convertirá en todo un descubrimiento. Y aunque ambos destinos comparten muchas similitudes, las diferencias que les separan también son abismales. Entre otras ventajas, esta bonita ciudad es más barata y no está saturada de gente.

Canales que rivalizan con los de Venecia

Empezamos a descubrirla por su precioso casco antiguo, por supuesto mucho más tranquilo que el de Venecia. Eso sí, espera que den las cinco, que es cuando la gente sale a dar su diaria passeggiata y a disfrutar en las terrazas del popular aperitivo italiano. Y lo que es seguro es que el alma de esta pequeña ciudad inundada de agua por todas partes lo encontrarás entre sus callejuelas con bonitas casas de colores que trasmiten una atmósfera decadente y muy especial, pero son sobre todo los puentes y los canales, como los de San Domenico y Lombardo, los que nos recuerdan a su gemela y le han dado el apelativo de "la pequeña Venecia".

El reloj de torre más antiguo del mundo 

Torre del Reloj y la iglesia de Sant'Andrea Apostolo, de Chioggia
Torre del Reloj y la iglesia de Sant'Andrea Apostolo, de Chioggia

El Corso del Popolo es la calle principal, repleta de tiendas y cafés, y es también donde se encuentran dos de sus edificios principales: la catedral de Santa Maria Assunta y la Torre del Reloj (de 1386, es el reloj de torre más antiguo del mundo), que en su día fue un faro y una torre de vigilancia para los marineros. Pero si algo no se ha perdido en Chioggia es el ambiente marinero, que podrás descubrir tanto en el mercado de pescados (la Pescheria) como en el puerto (uno de los más antiguos de Italia) y donde todavía se pueden observar los bragozzi, típicas embarcaciones con vivos colores. 

Iglesia de Santo Domingo.
Iglesia de Santo Domingo.

La iglesia de Santo Domingo es otra parada imprescindible, sobre todo para los amantes del arte y la pintura ya que en su interior se encuentran pinturas de artistas como Tintoretto o Bassano. Construida en una sola nave abovedada, también hay que destacar su campanario, del siglo XIV, que es uno de los más antiguos de la ciudad.

Playas de Chioggia

Por supuesto, Chioggia es también famosa por sus impresionantes aguas turquesas. Una de las playas más populares es la de Sottomarina, a la que se llega a través de un puente. Se extiende a lo largo de dos kilómetros y se convertirá en el mejor refugio para respirar aire fresco durante unas horas. Además, dicen que su arena fina y oscura tiene un alto contenido en minerales y que proporciona beneficios para la salud.

Gastronomía tradicional y de pescadores

Plato típico de la zona del Véneto, las Sarde in saor
Plato típico de la zona del Véneto, las Sarde in saor

Y no puedes abandonar Chioggia sin probar sus platos tradicionales, muchos de ellos vinculados al mar y a los pescadores. Entre los más populares están las Sarde in saor, un aperitivo de sardinas fritas aderezadas con cebollas agridulces, piñones y pasas, y la Cassopipa, de mejillones, almejas y berberechos cocidos en cazuela de barro a fuego muy lento, que es conocida como la salsa de los pescadores y es una de las recetas más antiguas de la ciudad.