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Sumérgete en el corazón de Marrakech para descubrir el lujo y la autenticidad de estos extraordinarios alojamientos tradicionales.
Entre las laberínticas callejuelas que se despliegan de la siempre animada Plaza de Yamaa el Fna podemos encontrar fabulosos riads en los que alojarnos para vivir la esencia de la ciudad desde dentro. Los colores de la medina, las especias embriagándolo todo con sus exóticos aromas, el imparable bullicio de los zocos o la llamada a la oración hacen de Marrakech una urbe palpitante a la que resulta fascinante entregarse. Pero entre toda esa algarabía, los riads son auténticos oasis de tranquilidad, invitando al descanso y a una completa desconexión.
La palabra "riad" deriva del término árabe "ryad", que se traduce como "jardín" haciendo referencia al patio central alrededor del que se distribuían las casas tradicionales, actualmente convertidas, muchas de ellas, en alojamientos para turistas. Estos patios, decorados con mosaicos, fuentes de mármol y árboles, venían precisamente a simbolizar ese refugio de vegetación y frescor ante el desierto.
Por qué debes alojarte en un riad en tu viaje a Marrakeck
Relajarse en un riad después de haber recorrido la ciudad es una de las mejores sensaciones que se pueden experimentar en Marruecos, especialmente sumergiéndose en la refrescante piscina con la que suelen contar la mayoría de ellos. Muchas son de tamaño reducido, pero suficiente como para ahogar en ellas el calor del día. Una de las características particulares de estos alojamientos es que disponen de escasas habitaciones, lo que permite tener un servicio personalizado, cálido y auténtico, además de una experiencia muy local.
Una opción excelente para parejas, grupos reducidos o viajeros que evitan las multitudes de las grandes cadenas hoteleras. Además, cada riad tiene un diseño propio, pero siempre reflejando el estilo marroquí en lámparas de latón, muebles tallados a mano y alfombras tejidas por bereberes. También es común que estén dotados con hamman, los famosos baños de Marruecos donde terminar de relajarse gracias a maravillosos tratamientos que incluyen exfoliaciones con jabón y masajes con aceites.
Otra de las experiencias imprescindibles que vivir en un riad es la de degustar la gastronomía casera, con deliciosos couscous y tajines a la cabeza. También sus contundentes desayunos permiten acercarse a la cultura marroquí a través del paladar. Suelen servirse en los patios o terrazas de los riads, desde donde se obtienen algunas de las mejores vistas de Marrakech y de sus noches estrelladas. En algunas, incluso, es posible atisbar las montañas nevadas del Atlas.
Los mejores riads de Marrakech
Entre los mejores riads de Marrakech se encuentra La Mamounia, todo un icono del lujo que ha hospedado a grandes personalidades y miembros de la realeza. Éste se diferencia de otros riads por su tamaño, más grande a lo habitual, ya que se trata de un palacio convertido en hotel donde no faltan bellos jardines, salones de estilo morisco, un completo spa y restaurantes donde degustar lo mejor de la cocina local.
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