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Cruzar el océano Atlántico y relajarse durante unos días en las idílicas playas del mar Caribe es un viaje de ensueño para muchos en España, y es que lugares tan fascinantes como Cuba, Bahamas, Jamaica, la Riviera Maya o, sobre todo, República Dominicana, pueden presumir de arenales paradisíacos y aguas turquesas. Eso sí, hay varios puntos de este celestial enclave que están muy concurridos, ya que sitios como Punta Cana o Santo Domingo son destinos muy cotizados por los turistas.
Si lo que se quiere es encontrar el auténtico paraíso terrenal del Caribe, hay que irse al sur del país, en concreto a Isla Saona. Este infravalorado islote dominicano no solo ofrece lo mismo que los lugares más turísticos del país, sino que al haber muchos menos turistas, quienes viajen a él podrán disfrutar de un lugar impresionante sin tanta gente. Por ello, si lo que se busca es descansar de un enclave fascinante, este es el sitio ideal.
Isla Saona, la joya oculta de República Dominicana

Este paraíso está situado al sur de Punta Cana, a unos dos kilómetros enfrente del Parque Nacional Contubanamá. 'Descubierta' por Cristóbal Colón en su segundo viaje a América, Isla Saona se caracteriza por tener una impresionante naturaleza virgen, algo que ejemplifican a la perfección los más de 30 kilómetros de playa de arena blanca bañados por las cristalinas aguas caribeñas, así como por la exuberante vegetación que se puede encontrar alrededor de todo el islote.
Pero Isla Saona es mucho más que espectaculares arenales como Playa Bonita o Playa del Gato. Este maravilloso lugar ofrece infinidad de posibilidades a quienes lo visiten, desde una biodiversidad de fauna descomunal (destacan los santuarios de tortugas) hasta un ecosistema submarino dominado por preciosos corales. Además, es un enclave perfecto para practicar actividades acuáticas, como paddle-surf o snorkel, y todo ello en un entorno simplemente apasionante.

Eso sí, que la naturaleza de la paradisíaca isla sea sublime, no significa que no se pueda visitar un precioso pueblo como es Mano Juan, la única villa habitada como tal del islote. Sus casitas de colores contrastan con el color de la arena, y en él se puede conocer el verdadero espíritu caribeño que tanto atrae a viajeros de todo el mundo. Desde luego, Isla Saona es uno de los lugares más especiales de todo el Caribe, por lo que es casi obligatorio conocer este idílico lugar si se atraviesa el Atlántico.
A pesar de que en Isla Saona no hay esos descomunales resorts que se pueden encontrar en Santo Domingo o Punta Cana, sí que hay unos cuantos alojamientos que tienen todo lo necesario para que descansen los huéspedes. Por ello, si no se quedan unos días en este paraíso oculto, al menos hay que hacer una excursión para conocerlo.
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