domingo, 8 de junio de 2025

El pueblo donde mejor se come de Madrid esconde un bosque único en el mundo por sus extrañas especies

 CanalViajar


Este precioso pueblo madrileño esconde entre sus fronteras muchos secretos que le han valido el título de uno de los más bonitos de la Comunidad de Madrid.

Nos adentramos en el pueblo de Madrid en el que mejor se come

La belleza de un pueblo, al ser subjetiva, puede medirse con diferentes parámetros, desde sus monumentos hasta, por qué no, su gastronomía. El encanto de un lugar reside también en la comida que se sirve en sus locales. El turismo gastronómico ha estado ganando adeptos en los últimos tiempos, por lo que no es de extrañar que cada vez haya más viajeros que busquen buenos restaurantes antes que la arquitectura y la naturaleza del lugar que visitarán. Sobre todo cuando se trata de una escapadita cerca de la ciudad en la que se reside.

La Comunidad de Madrid esconde rincones absolutamente mágicos que van mucho más allá del Museo del Prado, la Plaza Mayor o cualquier otro punto de su capital. Si bien es cierto que en la ciudad de Madrid se come muy bien, pues las opciones son casi infinitas, sus pueblos tampoco se quedan atrás. En una visita a la capital española no puede faltar una excursión por sus alrededores donde Rascafría se roba el protagonismo por su marcada personalidad que hace que sea uno de los pueblos más curiosos y únicos del centro peninsular.

Los atractivos de Rascafría

Se trata de una zona profundamente conectada con la naturaleza. De hecho, una de las cosas que siempre se destaca de Rascafría es su bosque finlandés en pleno corazón del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Este precioso enclave nació en la década de 1980, cuando se produjo el hermanamiento entre el pueblo madrileño y Helsinki, la capital de Finlandia. Así, se plantaron especies que suelen ser típicas del norte de Europa como abedules, álamos y abetos, convirtiéndose en un lugar único en toda la Península Ibérica.

El muelle en el lago del bosque finlandés de Rascafría

Junto al bosque reside un lago con embarcadero que termina de ornamentar la preciosa estampa. Además, en Rascafría también pueden visitarse algunos monumentos históricos como el Monasterio de Santa María de El Paular, una construcción del siglo XIV en la que destacan elementos barrocos como la Capilla del Sagrario. Muy próximos están el Puente del Perdón sobre el río Lozoya y la Iglesia de San Andrés Apóstol del siglo XVII. Si el día es cálido, también podemos acercarnos a las Presillas, piscinas naturales rodeadas de árboles.

El Monasterio de Santa María de El Paular en Rascafría

Dónde comer en Rascafría

Después de un intenso día de visitas, no hay mejor forma de reponer fuerzas que degustando los deliciosos platos que se ofrecen en los restaurantes de Rascafría. La gastronomía de la Sierra de Madrid está basada en productos locales como setas, legumbres, carne o matanza. Además, al estar ubicado en la frontera con Castilla y León, también cuenta con mucha influencia de esta comunidad. Comidas contundentes que pueden disfrutarse en locales como el Asador de la Abuela, especializado en cocido montañés y patatas revolconas con torreznos.

Otra opción es el Restaurante Conchi, que ofrece comida tradicional con un toque muy personal a través de platos como judiones con carne de matanza, croquetas de setas, sopa castellana o crêpe de morcilla. En Caldea es posible degustar las mejores carnes con un toque moderno, como 'Nuestro clásico Mesetero', carrilleras de cerdo en salsa de chocolate blanco de la Fábrica de Chocolate San Lázaro. Pero también otros platos como El Flaco de Ropa Vieja -un pan brioche relleno de ropa vieja-, Paletilla de Lechal o Atún Rojo de Almadraba.

Casa Juanito cuenta con algunas de las propuestas más clásicas en un restaurante muy tradicional: croquetas, judiones con chorizo y morro, trucha, sopa castellana o caracoles, su especialidad. Aunque las mejores vistas hacia la sierra las tiene La Petite Brasserie, con una gastronomía francesa muy especial y platos españoles como la tortilla de patatas o el pisto. Su plato estrella es la 'tartiflette', una receta elaborada a base de patatas y queso.

Además, cada 30 de noviembre se celebra San Andrés y los vecinos organizan una comida popular donde se reparten judías serranas. Así que cualquier momento es bueno para visitar Rascafría: deleitarse con sus especialidades culinarias calientes en invierno, bañarse en sus piscinas naturales en verano o pasear por su bosque finlandés en otoño y primavera.

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