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Te recomendamos bares y restaurantes de Barcelona cuyos bocatas son auténticas obras de arte

Hace tiempo que los bocadillos son algo más que un recurso simple para llenar el buche. Son muchos los lugares donde bordan los entrepanes con combinaciones que vuelven loco a cualquier 'gourmet'. Basta con echar un vistazo al libro 'Bocatas: arte entre dos panes' para comprobarlo.
Nosotros, además, te lo demostramos sobre el terreno, recomendándote bares y restaurantes de Barcelona que sirven bocadillos que te volverán majareta.
Guisos, tortillas al momento, bocadillos, clásicos con personalidad: Marc Agelet quiere encontrar su sitio en la competitiva restauración barcelonesa. Ojito al plato del día con pan y bebida a 10 €. Así que id, sentaos, disfrutad. Así es su trabajo en Demo Gastrobar.

Un lustro después de que el chef Joan Gurguí abriera La Bikineria en el mercado del Ninot (ya no tiene ese espacio allí), inaugura ahora su buque insignia en el paseo de Sant Joan, 60. Además de los 11 bikinis en carta y uno efímero, aquí amplía el catálogo con clásicos del picoteo como las croquetas o la ensaladilla rusa y añade desayunos, cafés de especialidad, vinos y cócteles. Así es el formato XL de La Bikineria.

Gala Masetti y Jordi Saavedra provienen de la ‘escuela Adrià’ y han debutado como propietarios con un bar de bocadillos formidables. estos nuevos-viejos bares, rescatados por cocineros con poderío gastro y que no quieren enredarse en complejidades de caza mayor. Carta muy corta, con énfasis en los bocatas, y con el deseo de abrir una línea de platos o platillos, aunque los limitan el espacio y la maquinaria. Para preparar los 'brioches' al vapor -para el planchado de trufa y el de papada- han tenido que alquilar espacio en un obrador. Aquí te contamos más extensamente cómo es Bar Roma.

Juanlu Pérez, uno de los tres socios del Bar Torpedo junto a Rafa Peña y Biel Gavaldà, explica el porqué del nombre: "Salió de un 'brainstorming'". En EEUU llaman submarino o torpedo a ciertos bocadillos alargados. De la carta de diez bocatas, el de albóndigas con tomate, mozzarella y albahaca es el que se asemeja al proyectil. Aunque destacable, es el menos explosivo de los cuatro que cené un martes en el Bar Torpedo. Leer más sobre Bar Torpedo.

La especulación inmobiliaria ha obligado a los dueños del veterano establecimiento a cambiar de ubicación, donde vuelven a servir bocadillos de aúpa. Tan de aúpa que Pau Arenós asegura que este bocadillo "debería de formar parte del patrimonio efímero de Barcelona": mollete de Ca La Toñi con 'capipota' y tripa y chimichurri. Aquí te contamos cuál es la nueva ubicación y cuáles son los mejores bocados de Bodega Montferry.

La carrera de Carles Armengol ha dado la vuelta para regresar al origen: psicólogo, escribió un exitoso libro de recuerdos sobre el restaurante familiar, Collado, y se ha hecho cargo de la comida de una librería. Allí sirve unos bocadillos con los que se podría hacer literatura. Esto es lo que se puede comer en +Bernat.

Bardeni ha convertido en 'bocadilleables' varios platos clásicos de su carta de carnes. Pansdeni se llama el invento, únicamente disponible en formato 'take away'. ¿Puede un bocadillo ser alta cocina? Aquí tienes la respuesta: se llama Pansdeni.

Elia Caral ha abierto otro establecimiento dedicado a los ‘dumplings’, con Giulia Campazzi en la cocina, y con un repertorio de tapas asiáticas. El primero está en la calle de Sepúlveda; este, en la de Aribau. Ambos se llaman igual, Dr Zhang.

Un mini espacio con sustanciosos bocadillos elaborados en las instalaciones del vecino Alapar y una selección de cócteles y vinos aromatizados: eso es el nuevo Bar Varmuteo.

Este bar regentado por argentinos sirve bocadillos de milanesa enormes cuya carne de nalga (babilla) preparan con mimo cada mañana. También hacen cruasanes rellenos y bikinis. Te explicamos cómo saben estos bocatas de 180 París Café.

El bocadillo Aramburu lleva ventresca de bonito, piquillo y el ‘tap’ (‘pa de pessic’) bañado en oloroso. Es un bocata por el que vale la pena hacer una visita a Hijos de Javier.

Los dueños del restaurante Insolent dirigen esta azotea cuca, menuda y alegre en la plaza del Sol (Gràcia). Allí te atienden de fábula, rapidito y con amabilidad proverbial. Y su carta a base de 'brioches' y golosinas aperitivas como las gildas elaboradas con anchoas de Santoña, la cecina y los boquerones en vinagre. ¿Subes a Terrat Insolent?

Un puñado de baldosas y una pequeña barra, no tiene terraza, no tiene ventanas y en su interior caben tan solo dos clientes por tanda. Y aún así, hacen unos bocadillos morrocotudos. Una institución, Frankfurt Sant Jaume.

Raquel Blasco y Marc Santamaria festejan los diez años de su restaurante catalanoasiático con una recopilación de platos emblemáticos. El 'bao' con doble fermentación y aceite de oliva relleno de un guiso de vacuno (no de buey ni de toro), intenso, pornográfico, es de 2015. Pero hay más cosas ricas. Te las contamos en esta crónica de Casa Xica.

Este establecimiento de Sant Gervasi ha cautivado con la autenticidad de sus recetas a numerosos deportistas de élite. Medio Barça ha probado su pasta carbonara, y ya es su favorita de la ciudad. Y su 'bao' de parmigiana' es antológico. Así se come en Capú.

Este local sin mesas es una institución de Ciutat Vella gracias a sus bocadillos a la plancha. Lleva más de medio siglo bordándolos. Aquí te contamos algunas de las creaciones de Bar Sanz Bocadillos.

El 'trikini' es un monumento, también por precio, en este majestuoso comedor que es Amar, en el Hotel El Palace, uno de los más imponentes de Barcelona, repintado y redecorado. Lleva bogavante, salmón, caviar y crema fresca, y nació en Estimar de Madrid por el capricho de un cliente recién llegado de Nueva York y que desafió al chef Rafa Zafra a un bocado con precio y altura de rascacielos (160 €). ¿Bueno? Sí, muy bueno: como para no estarlo.

Este local de Nou Barris regentado por dos hermanas argentinas prepara un bocata sorprendente de resultado sideral: el de gilda. Es algo más suave que el pincho acidulado original, al fin y al cabo aquí estamos hablando de un bocadillo y no de un mordisco de aperitivo que nació para despertar papilas de forma arrebatada. Aunque, eso sí, te lo sirven con una gilda clavada en todo lo alto. Te contamos todos sus secretos en esta crónica de Bar Barrigó.

Esta casa fue fundada por Alfonso I y Rosario (abuelos de Alfonso García, actual propietario), consolidada por Alfonso II y Ramona (padres de García), y robustecida por él mismo, que acaba de sumar al negocio familiar a Claudia, la hija mayor, de 28 años, y especialista en 'marketing' digital, con la que planifica un futuro que podría pasar por una expansión (o no) y por una inmediata tienda 'on line' (y sí). Por cierto, qué bueno su bocadillo de rosbif. Así de bien está Casa Alfonso.

Este restaurante propone 'panini' con 'schiacciata', un pan de 'focaccia' más fino que es típico de Toscana. Están de vicio y rellenos hasta los topes. Así nos prigamos los dedos en Paninaro.

La cadena familiar, que tiene seis locales en Barcelona, mantiene el éxito 50 años después de su apertura. Sirven fránkfurts en diferentes panes y tipos de salchicha (clásica, bratwurst, cervela, ‘pikantwurst’, chistorra, morcilla malagueña...). Y a partir de ahí, ingredientes y salsas caseras (kétchup, ‘allioli’, pesto, guacamole, sofrito...) con los que jugar y crear piezas. Te contamos por qué, medio siglo después, sigue triunfando El Pibe.

Santiago Macías y Vanessa Zorzoli se unen a Pedro Colombatti y Sofía Varela en este local del barrio de El Putxet tras triunfar con i Latina (Buenos Aires), restaurante revelación de 2015, según 50 Best Restaurant's Latinoamérica. Sirven bocadillos "originales y épicos" en Bar Fàbula.

Este bar sobrio está regentado por Gala Massetti y Jordi Saavedra, cocineros de mirada afilada, un pasado de formación y experiencia en alta cocina que también son dueños del vecino Bar Roma. Así es el crujientísimo bocata de pollo con 'kimchi' de Romita.

Cocina sabrosa bajo la batuta de Luciana Russo y Eduardo Hernández en el Palau de la Música Catalana y que es merecedora de bises y aplausos. Ambos han subido el bikini de pollo al escenario del Palau de la Música. ¡Bravo, Pizzicato!

Este bar-cafetería en la zona de El Putxet i el Farró triunfa desde el mismo momento que abrió con su original propuesta: bocadillos japoneses y vinos naturales. Es el 'match' perfecto de Kome.

Aquí no solo hacen bocadillos planchados de alta gama sino que dan una oportunidad laboral a personas en riesgo de exclusión social. Te contamos qué se come y cómo te atienden en B de Bocata.

Elia Caral ha abierto otro establecimiento dedicado a los ‘dumplings’, con Giulia Campazzi en la cocina, y con un repertorio de tapas asiáticas. El primero está en la calle de Sepúlveda; este, en la de Aribau. Ambos se llaman igual, Dr Zhang. Qué ricos sus 'baozi', bollos con interiores suculentos.

Esta bocadillería de Barcelona elabora sus panes, embutidos, salsas... Allí es posible zampar, en mesas altas o en el comedorcito, y es factible comprar lo expuesto en una nevera: la mantequilla, los 'garums', las piparras, los pepinillos, las salchichas y la sobrasada picante y, aparte, los panes, que no 'paninos'. No preparan 'paninos', pero sí ultra bocatas en Ultrapaninos Marín.





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