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¿Te mueres por un cocido con todos sus avíos? ¿Unas buenas tagarninas? ¿O unos judiones que te devuelven el alma al cuerpo? Pues son algunas de las especialidades que buscan los incondicionales del cuchareo durante los meses más fríos del año en Bodegas Campos (Lineros, 32).
Y es que esta taberna histórica de Córdoba sirve cada martes su imponente cocido de tres pases: sopa, garbanzos con verduras y pringá. Este plato de invierno nos cuenta una historia de los alrededores de Córdoba, la cocina de aprovechamiento y las más puras raíces del recetario popular cordobés, invitándote a vivir una experiencia única en esta ciudad.
Aparece el camarero con una clásica sopera ochavada de La Cartuja de Sevilla, de las conservadas en las alacenas de la Casa desde hace décadas.
Se sirve la sopa bien caliente para dar paso a los garbanzos lechosos ecológicos del centenario Cortijo La Reina, a orillas del Guadalquivir. Por último, una gran fuente de loza con la mítica pringá de gallina, pollo, codillo, morcillo, tocino fresco, costilla de cerdo, chorizo y morcilla.
Todo un despliegue de sensaciones gastronómicas y estéticas, creadas por el jefe de cocina de Bodegas Campos, Juanjo Rodríguez, envueltas en el alma de una casa por la que han pasado reyes, jefes de estado, artistas, toreros… convirtiéndose en un lugar de recuerdos inolvidables alrededor de una mesa, con mantel y servilletas de hilo, planchadas por las monjitas clarisas del vecino convento del barrio, donde de manera natural y reduciendo la huella de carbono, ayudan a conservar el medio ambiente.
Un fuerte compromiso por la sostenibilidad en todos y cada uno de los aspectos que marcan el día a día de Bodegas Campos.

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