El nuevo modelo de quiosco, que también tiene en cuenta la flexibilización de los horarios de apertura, busca proteger estos locales y hacerlos viables económicamente.
Barcelona da un paso más en la reconversión de los quioscos de la ciudad. El Ayuntamiento llevará a la comisión del próximo miércoles la modificación de la normativa que permitirá ampliar la oferta de productos y servicios de estos locales comerciales de Barcelona. Después de que en septiembre se autorizaran una serie de cambios, como la incorporación de cajeros automáticos, ahora se tramita un segundo bloque con el resto de modificaciones. En concreto, los quioscos tendrán la posibilidad de vender café para llevar o comer envasado para llevar.
Con este cambio, también se modifican los porcentajes de productos y servicios que pueden comercializar los quioscos. Hasta ahora, el 80 % del espacio debía estar destinado a exponer diarios, revistas y otras publicaciones, mientras que el 20 % restante se podía destinar a la venta de otros productos, como loterías o "souvenirs". Ahora, el espacio destinado a la prensa debe ser, como mínimo, de un 51 %, mientras que el espacio autorizado para la comercialización de otros productos sube hasta el 49 %. De ese 49 %, como máximo el 20 % puede ser para la venta de "souvenirs".
La normativa recoge que, con respecto al servicio de comida, no estará permitida su manipulación ni tampoco el consumo en el quiosco. Aparte de la posibilidad de servir café y comida, estos locales comerciales también podrán ofrecer servicios promovidos por el Ayuntamiento, como el programa dirigido a personas mayores.
Aparte de esto, también se aprobará una flexibilización de los horarios de apertura y cierre de los quioscos. Si bien hasta ahora la obligación de apertura diaria era de 8 a 15 h, a partir de ahora esta obligatoriedad será un poco más laxa, de 9 a 14 h.
Adaptarlos a las nuevas tendencias
El nuevo modelo de quiosco atiende las demandas del sector para poder ofrecer servicios y productos que permitan hacer viable económicamente el negocio. Se trata de unos cambios que, según detalla el Ayuntamiento de Barcelona, responden "a nuevas necesidades del siglo XXI" que deben servir para "proteger la figura del quiosquero y mejorar las posibilidades de negocio".
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