jueves, 9 de marzo de 2023

La biblioteca de «libros de metal» oculta en la Cueva de los Tayos

 



ufospain


La Cueva de los Tayos: casa de los pájaros tayos, supuestamente casa de oro, tesoros y espíritus. La protegida por los Shuar y donde Neil Armstrong, el hombre que pisó la Luna, pisó la entrada al “inframundo.” Esta es la cueva que guarda la historia de la humanidad y una civilización intraterrestre en la escondida biblioteca de metal. Supuestamente.



Todo lo que sabemos comienza con Janos “Juan” Moricz, argentino-húngaro quien, tras rebuscar y explorar en Perú, Bolivia y Argentina, dio con una fuente en Ecuador (a la cual mantuvo anónima hasta su muerte), que le indicó la locación de la cueva y le reveló la entrada al mundo subterráneo que tanto estaba buscando.

El 21 de julio de 1969 hizo público su hallazgo en una detallada descripción de la expedición que presentó como acta notarial al gobierno de Ecuador. Moricz afirma que en el mundo subterráneo de Morona Santiago, «…h[a] descubierto valiosos objetos de gran valor cultural e histórico para la humanidad.

«Los objetos consisten especialmente en láminas metálicas que contienen probablemente el resumen de la historia de una civilización extinguida, de la cual no tenemos hasta la fecha el menor indicio…»

La descripción topográfica incluye pasadizos y construcciones hechas por el hombre, así como restos arqueológicos que evidenciaban la vida de otra civilización en las cuevas. Según sus teorías e investigaciones, la entrada en Ecuador es una de muchas a este mundo y cultura intraterrestre.

Pero lo que más atrajo la atención internacional fueron las tabletas con dibujos y escritura cuneiforme. Se dice que la historia que contienen estos metales datan 250,000 años de vida de la humanidad.

Esto es lo que llamó la atención de Erich Von Däniken, escritor suizo cuyo interés por los enigmáticos túneles de los Tayos lo llevó a escribir “El oro de los dioses,” libro basado en las hazañas de Moricz donde el autor afirma haber sido partícipe de una expedición, de haber ingresado a dicha biblioteca y haber visto estatuas de oro.

Usó fotografías de archivo del argentino, así como sus relatos como fuente para describir las cuevas como si hubiera estado ahí. Este Best-Seller vendió más de 5 millones de copias hasta que Von Däniken aceptó que fabricó mucho de lo narrado, que no había descendido a las cuevas y que nunca conoció la gran biblioteca.

Sin embargo, su historia ya había llegado a la curiosidad de Stanley Hall, un ingeniero escocés cuya misión de vida fue encontrar la biblioteca. 

Para lograrlo, en 1976 le propuso a Moricz que realizaran una expedición internacional juntos, a lo que el argentino aceptó con la condición de que él fuera el líder de la expedición y que no podrían extraer nada de la cueva. 

La negativa de Hall dejó a Moricz fuera de un proyecto que después se llevó a cabo junto al gobierno de Ecuador, el de Inglaterra y al astronauta de Estados Unidos, Neil Armstrong.

Tras 35 días de exploración, las conclusiones oficiales sugirieron que el sistema de túneles era un fenómeno natural y que no había intervención artificial en la formación de su estructura.

Esto lo dijeron después de que, supuestamente, extrajeron 4 enormes cajas cuyos contenidos se rehusaron a enseñar a la comunidad Shuar, quienes habían abiertamente cooperado para que ingresaran a la cueva. Después de esta extracción, se dice que la comunidad quedó dolida pues se sintió usada y estafada, además sintieron que se llevaron “algo” de ahí.

Los reportes de la expedición no hacían sentido para muchos. Según el investigador ecuatoriano Manuel Palacios, productor de Amerika Prohibida, el “ocultamiento de informes, evidencias fotográficas y fílmicas y, sobre todo, de la negación de la real magnitud de este sistema subterráneo, al que limitaron a solo 5 kilómetros de extensión” deja muchas dudas sobre los reportes oficiales puesto que contradicen incluso a la declaración que dio Neil Armstrong a la prensa: su experiencia en los Tayos había superado a la que tuvo en la Luna.

Una vez listo el borrador sobre la expedición de la cueva, Hall se lo envió a Moricz para que la leyera. Éste encontró una pieza de información que no quería que se publicara, por lo que decidió no enviar de vuelta el manuscrito, lo que obligó a Hall a reescribir su trabajo.

Qué pasó después..

Stanley Hall no dejó la investigación después de aquella expedición en 1976. Esta vez se enfocaría en encontrar a la persona que llevó a Juan Moricz a las cuevas y ya contaba con un nombre. Tras una exhaustiva búsqueda, en 1991, dio con Petronio Jaramillo, la fuente secreta.

Jaramillo confirmó su conexión con el argentino quien, para ese entonces, contaba con el apoyo legal de Gerardo Peña Matheus, su abogado y quien se convertiría en su confidente. Petronio accedió a enseñarle a Hall la entrada a la biblioteca, la cual ni siquiera se encontraba en la Cueva de los Tayos, pero lo haría en su respectivo momento.

Hall pudo conocer la supuesta historia de cómo encontraron la biblioteca: al tío de Jaramillo lo llevaron locales de la comunidad Shuar por agradecimiento y por la confianza que tenían en él y su asistencia.

Éste llevó a Petronio, cuando tenía 17 años, y después de esa vez la visitó una vez más. Le contó a Hall que había visto una recámara con los libros de metal y una más pequeña con libros de algo similar al cristal. 

También describió a un gigante esqueleto cubierto de hojas de oro en mitad del “salón.” Supuestamente no tomó ninguna foto como prueba porque sabía por precedentes en exploraciones de otros investigadores que ni viendo hubieran creído.

Lo que supuestamente hizo Petronio Jaramillo fue dejar sus iniciales en siete tabletas metálicas para dejar evidencia de su presencia en la gran biblioteca.

El plan para que Hall y Jaramillo ingresen y documenten la expedición (sin extracción) estaba listo: se quedarían entre 3 y 4 meses explorando y crearían un reporte el cual involucraría a la UNESCO para su legitimación. 

Sin embargo, en 1995 empezaron los bombardeos de la guerra con el Perú y tuvieron que postergar el proyecto. En 1997, Hall tuvo que regresar a Escocia con su familia debido a la situación política de Ecuador pero su intención era continuar con el plan inicial.

Fue en mayo de 1998 que recibió una llamada de la madre de Petronio Jaramillo con la noticia de que éste había sido asesinado en un intento de robo, con él desapareció la locación exacta de la entrada a la biblioteca de la humanidad.

Con el destino en contra y muchos años en su haber, en 2005 Hall reveló una posible locación como la entrada que estaban buscando. Esta cumple con descripciones que le había compartido Petronio y su hijo, con quien se reunió después de la muerte de su padre.

Hasta el 2008, año de su fallecimiento, Stanley Hall deseaba que los interesados en descubrir esta locación, lo hicieran en cooperación y con el fin de aportar a la humanidad.

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