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A finales del siglo XV, dos continentes América y Oceanía eran tierras ignotas. Hasta 1507 con la publicación del mapa Universalis Cosmographia, de Martin Waldseemüller en el que por primera vez se presentaba América separada de Asia, no se constató que las Indias correspondían a todo un continente y hasta 1606 no se verificó que Oceanía era el quinto continente, cuando Luis Vaez de Torres al servicio de la corona española atravesó el estrecho de su nombre, entre Australia y Nueva Guinea.
Así como en Oceanía (0,5 millones de habitantes) los nativos se habían quedado anclados en una civilización primitiva, el continente americano estaba muy poblado, en torno a 40 millones de personas (no se conocen datos fiables) sobre todo en el centro y en parte del Sur, con civilizaciones avanzadas en estas latitudes.
Los pueblos que habitaban América antes de la conquista europea tenían diversas formas de organización política, social y económica: algunos habían desarrollado sociedades urbanas complejas; otros, con una agricultura muy rudimentaria, seguían viviendo de la caza y la recolección. Los mexicas y los mayas, en América Central, y los incas, en la región andina, se encuadran dentro del primer grupo. En el resto de América, en el norte los pueblos estaban en fase tribal y eran menos numerosos en población y en el Caribe y resto de América del Sur tampoco habían desarrollado una civilización importante.
El Imperio Mexica en América central y el Inca en el suroeste eran poderosos y con un número de habitantes considerable (6 millones en América central y 7 millones en la zona andina, datos controvertidos sobre todo los de América central). Quedaban restos de los mayas en el centro, pero ya muy en declive, pues su cultura había desaparecido en el siglo XI.
Estos imperios americanos basaban su poder tanto en el dominio del terreno como de las poblaciones a las que sometían. En el caso de los incas, la extensión de su dominio era enorme, abarcando parte de Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y parte de Chile y Argentina. Los mexicas dominaban sobre un territorio más pequeño, el actual México. La religión era omnipresente y los rituales marcaban muchas de sus costumbres. No disponían de caballos ni otro ganado (excepto el pavo, el perro sin pelo, la llama, la alpaca y el cuy), ni conocían la rueda. Tampoco el hierro y el acero, aunque si el oro y la plata.
Estas dos civilizaciones contaban con una organización social fuertemente jerarquizada: los guerreros y los sacerdotes, una minoría, conformaban el grupo privilegiado y ejercían el gobierno; el resto de la población, formado por campesinos y trabajadores urbanos, estaba obligada a pagar cuantiosos tributos. En lo que respecta a la organización política, estas sociedades estaban gobernadas por fuertes estados teocráticos, llamados así porque toda la autoridad residía en los sacerdotes y porque el jefe del Estado era considerado un dios.
Los mexicas se establecieron en el valle de México a principios del siglo XIV. El Estado mexica (en náhuatl: Ēxcān Tlahtolōyān), mal llamado desde mediados del siglo XIX Imperio Azteca, fue la formación política mexica derivada del proceso de expansión territorial de la ciudad estado México-Tenochtitlan, sobre la que se asienta la actual México D.F. Expandieron su control hacia ciudades-estado ubicadas en los actuales estados de México, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero, la costa de Chiapas, Estado de Hidalgo y parte de Guatemala.
Tenochtitlan era una ciudad amurallada, con canales y jardines flotantes, y ubicada en la zona del lago Texcoco.
Grandes conocedores de la astronomía, la medicina y la escritura, la mayoría de la población no tenía acceso al saber, reservado exclusivamente a los sacerdotes.
De hecho, la religión formaba parte de cada momento de la vida de este pueblo, que tenía en Quetzacoatl (serpiente emplumada), que representaba el bien, su dios más importante. Recibía ofrendas y flores. Tezcatlipoca (espejo que humea), representaba el mal y recibía sacrificios humanos. Los mexicas pensaban que el mundo había existido no una sino varias veces consecutivas. En conjunto habían existido ya cuatro soles y cuatro tierras anteriores a la época presente. Las cuatro fuerzas primordiales: agua, tierra, fuego y viento, habían presidido esas épocas o soles hasta llegar a la quinta época que era la del sol en movimiento.
La sociedad mexica estaba basada en clanes de familias con un antepasado común, llamados calpullis; se dividía en varias clases: en la cima estaba el rey, luego los sacerdotes, los guerreros y los nobles; más abajo los artesanos y comerciantes y por último los trabajadores. Fuera de la escala social quedaban los esclavos, que eran mayoritariamente prisioneros de guerra.
La base de la economía era la agricultura. Cultivaban maíz, porotos, calabazas, algodón y cacao, con el que hacían el riquísimo chocolatl (chocolate). Por vivir en medio de un lago, las condiciones de la agricultura eran muy especiales. Pero los aztecas no se amilanaban, inventaron las chinampas, unas especies de balsas flotantes armadas con juncos entrelazados, cubiertas con tierra sobre la que cultivaban.
Fueron grandes comerciantes y contaban con grandes ferias y mercados, donde había oro, plata, piedras ricas, plumas, esclavos y esclavas, ropa barata y fina, hachas de latón y cobre…”. Eran extraordinarios orfebres y producían verdaderas obras de arte en jade, oro y plumas.
Fueron excelentes maestros en la talla de la piedra y arquitectos notables. Las maravillosas pirámides del Sol y la Luna de Teotihuacán pueden admirarse aún hoy en las afueras de la ciudad de México.
Los tlaxcaltecas fueron un antiguo pueblo de etnia náhuatl, asentado en lo que hoy es el estado de Tlaxcala, México. En los siglos XIV y XV, Tlaxcala floreció como un importante señorío unido por 21 pequeñas Ciudades-Estado. Además, fue uno de los pocos pueblos que el imperio mexica nunca pudo someter totalmente. El termino Tlaxcala significaría “el lugar de las tortillas de maíz”.
El otro gran imperio americano en 1500, era el Imperio Inca, al que llamaban Tahuantinsuyu, que en Quechua significa Las Cuatro Partes, conquistó e incorporó la mayoría de las culturas en un área que se extendía desde el sur de Colombia hasta el centro de Chile. Finalmente impusieron su modo de vida sobre las gentes que conquistaron. Extendieron su dominio por las tribus vecinas en 1200, alcanzando su máximo esplendor en el siglo XV. Las tierras conquistadas estaban dirigidas por los curacas o gobernadores de provincia. Durante los 33 años de gobierno de Pachacutec, el estado Inca se convirtió en un poderoso imperio, algo que sucedió en la época en que Colón iniciaba su viaje a lo desconocido.
Tenían una civilización avanzada pero no tenían lengua escrita y tampoco conocían la rueda ni el hierro ni el acero. Tuvieron una administración eficiente y consiguieron la maestría en el refinamiento de metales trabajados, artesanía singular en las telas y su posterior acabado, una extraordinaria mano de obra en la alfarería y una arquitectura eficaz y sobria. Desarrollaron un estilo altamente funcional de arquitectura pública que se distinguió principalmente por sus técnicas avanzadas de ingeniería y de trabajo fino de la piedra. Su ingeniería se desarrolló tanto en centros urbanos como en redes de caminos. El plano de sus ciudades estaba basado en un sistema de avenidas principales atravesadas por calles más pequeñas que convergían en una plaza abierta rodeada de edificios municipales y templos. Las estructuras eran de un solo piso, con un perfecto ensamblado de piedras talladas; también se usaban ladrillos de adobe y paja en las regiones costeras. Para la construcción de grandes monumentos tales como la gran fortaleza de Sacsayhuamán cerca de Cuzco (el ombligo del mundo), unos bloques masivos poligonales fueron ensamblados entre sí con una extraordinaria precisión. En las regiones montañosas, como la espectacular ciudadela andina ubicada en el Machu Picchu, la arquitectura inca refleja a menudo algunas adaptaciones ingeniosas del relieve natural; construían hileras de terrazas en las que consiguieron una maestría en el arte hidraúlico y de irrigación de aguas. Contaban con una organización policial llamada Tucuyrucus, que velaban por el orden y el cumplimiento de las leyes del soberano; estaban apoyados por los michues, que actuaban como consejeros, inspectores y pesquisidores.
La religión del estado estaba basada en la adoración del Sol. Los emperadores Incas eran considerados como descendientes del dios Sol y eran adorados como divinidades. El oro, símbolo del dios Sol, era muy explotado para el uso de los dirigentes y miembros de la elite, no como moneda de intercambio, sino principalmente como objetos decorativos y rituales. La religión dominaba toda la estructura política. Las prácticas religiosas consistían en consultas de oráculos, sacrificios como ofrenda, trances religiosos y confesiones públicas. Desde el Templo del Sol en el centro de Cuzco, se podían trazar líneas imaginarias en dirección de los lugares de culto de las diferentes clases sociales de la ciudad. El único dios en sentido pleno de la palabra, fue Wiracocha, el dios creador. Otras deidades importantes eran el sol (Inti), la luna (Mama Quilla) protectora de las mujeres, la tierra (Pacha Mama) de la fertilidad agrícola, y el rayo (Illapa) trinidad del rayo, trueno y relámpago, dios de la batalla. Inti era también representado como un pájaro mago, sabedor de maravillosas cosas e incluso conocía el futuro.
Los incas sometieron a varios pueblos como los huancas, tarmas, cajamarcas, cañaris, collas, lupazas, chasquis y chachapoyas, e instituyó la obligatoriedad de los tributos. Para conservar los territorios conquistados tuvo que sofocar en forma sangrienta continuas sublevaciones. A pesar de toda su grandeza, el Imperio Inca escasamente existió más de un siglo. Con anterioridad al año 1430 los incas gobernaron solo el Valle del Cuzco. Habían entablado una guerra con los Chankas durante un tiempo, derrotándoles en una gran victoria en 1430. Esto marcó el comienzo de una gran expansión militar.
En resumen, un continente enorme y muy poblado, con civilizaciones desarrolladas y potentes imperios en el centro y suroeste que se comportaban como tales y en luchas constantes con otros pueblos. Otro continente el de Oceanía poco poblado y muy atrasado.
No, no eran las Indias.
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