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Artículo sobre el origen de la revolución francesa originalmente publicado por mí en la web de QueAprendemosHoy el día 24/02/2015.
El origen de la revolución francesa
En los años 80 del siglo XVIII, la monarquía absoluta francesa se encontró con una situación de creciente endeudamiento, lo que le obligaba a buscar soluciones para aumentar los ingresos. Esta deuda se había agravado por la ayuda económica y militar de Francia a los americanos en su guerra de independencia.
Ante esta situación, solo había dos posibilidades: aumentar los impuestos al Tercer Estado, o que la nobleza y el clero pagara también impuestos, medida sugerida por algunos ministros. Sin embargo, esto modificaba todo el sistema de privilegios fiscales de los estamentos, por lo que los nobles se organizaron en asambleas de notables para impedir que se adoptaran todas estas medidas.
En esa situación de oposición en rotundo, la nobleza utilizaba varias medidas de oposición para hacer renunciar al rey a cualquier intento de reforma fiscal, utilizando las instituciones que controlaban para presionar a la monarquía. Sin embargo, los nobles creen que esta medida es insuficiente, así que exigen al rey que convoque a los Estados generales, una institución de origen medieval similar a las cortes castellanas en la que se reunían representantes de los tres estamentos sociales.
El origen de la revolución francesa: los Estados Generales
En los Estados Generales la forma de votación es por estamentos, no por individuo. Por tanto, los dos estamentos privilegiados (nobleza y clero) siempre obtenían mayoría de votos en las votaciones si se aliaban, ya que eran dos tercios de la sociedad. Por tanto, la nobleza quería convocar los Estados Generales para ganar todas las votaciones y bloquear las medidas fiscales del rey. Los Estados Generales no se reunían desde principios del siglo XVII, ya que desde que era una monarquía absoluta había caído en desuso.
Ante esa situación, a la corona no le queda más remedio que convocarlos. Esta institución se elegía por una votación universal masculina, así que se convocaron elecciones en enero para elegir a los representantes que irían a los Estados Generales, celebrados en mayo.
Cuando llegó la convocatoria de los Estados Generales en mayo, se reunieron los estamentos en Versalles. Los nobles pensaban que ganarían por su mayoría absoluta. Sin embargo, ocurrió algo inesperado, y es que la suma de los representantes del Tercer Estado que acudieron es igual a la suma de los representantes nobles más los representantes eclesiásticos.
En el primer día de los Estados Generales, el primer problema es una cuestión de reglamento, es decir, cómo se va a votar. Los nobles dicen que se vote por estamentos, mientras que los del Tercer Estado dicen que se vote individualmente. De esta forma, ambas tendencias tendrían igualdad de voto y los nobles no podían imponer sus cosas por mayoría simple. También cabía la posibilidad de que algunos de los miembros de los estados privilegiados se pusieran de lado del Tercer Estado y votaran a favor de éstos, por lo que tendrían mayoría simple.
El origen de la revolución francesa: la Asamblea Francesa
Después de unas semanas de discusión, los Estados Generales se estancaron y paralizaron. Entonces, los diputados del Tercer Estado dieron un paso más al separarse de los Estados Generales y formar una asamblea independiente, una asamblea formada solo por ellos pero que representaría a toda la nación francesa. Así nació la Asamblea Nacional.
Hacen el juramento de que no se van a disolver hasta que redacten una constitución, lo que supone ya la rebeldía total y absoluta del Tercer Estado. Para una monarquía como la francesa del siglo XVIII, era impensable hablar de la posibilidad de una constitución, porque esto era algo que iba totalmente en contra de la autoridad absoluta del rey para gobernar y legislar.
El rey y la nobleza intentaron frenar esto, evidentemente. El rey recurre a la fuerza y llama al ejército a Versalles, para que lo rodeara y disolviera por la fuerza la Asamblea Nacional formada por el Tercer Estado. En este contexto, el Tercer Estado hace un llamamiento a la población de París para que les salven. La población de París se rebela y así empieza la Revolución Francesa.
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