Seguramente me dirás que estoy mintiendo, y en parte es así. Porque lo que está claro es que en pleno siglo XV la viagra no se comercializaba como tal, para desgracia del rey. Pero en toda medio mentira hay una media verdad, y lo cierto es que la muerte del rey estuvo relacionada con lo que llamaremos, ‘viagra de la época’.
Con la muerte de Isabel la Católica los reinos de Castilla y Aragón quedaban en una situación complicada. Con el fin de menguar el poder de Felipe el Hermoso, Fernando el Católico decidió casarse con Germana de Foix, que era sobrina del Rey Luis XII: ya sabéis, una potente alianza.
Era el 19 de octubre de 1505. Fernando tenía entonces 53 años y su nueva esposa, 18. De acuerdo con lo pactado en el matrimonio, si Fernando conseguía tener descendencia con Germana, su hijo heredaría el Reino de Nápoles y se convertiría, además, en Rey de Jerusalén. Pero hay algo más importante: Felipe el Hermoso no sería heredero de la Corona de Aragón. Así que el rey no tuvo más remedio que ponerse manos a la obra.
Para lograrlo, recurrió a la cantárida (o mosca española). Un escarabajo verde, con un color brillante, que una vez seco y convertido en polvo se utilizaba como vasodilatador, provocando efectos parecidos a los de la viagra. Si hacemos caso al cronista Jerónimo Zurita, Fernando contrajo una hemorragia cerebral provocada por un ‘feo potaje que la Reina le hizo dar para más habilitarle, que pudiese tener hijos’.
Lo cierto es que, aunque no se ha podido constatar científicamente (como es lógico, por otra parte), con 63 años el rey falleció en Cáceres a causa de la ya mencionada hemorragia cerebral, que pudo estar provocada, favorecida, o tener relación directa con la ingestión de altas dosis de cantárida.
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