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Este santuario celebra su primer milenio con numerosos eventos y actividades a lo largo del año.
La Abadía del Mont Saint-Michel está de aniversario. Y uno además de lo más especial, porque se cumplen 1.000 años desde que se colocase la primera piedra de esta iglesia abacial. Esta imponente edificación fue construida por orden de cuatro duques de Normandía, incluido Guillermo el Conquistador, que la inauguró en 1080. Su objetivo era que este lugar sirviera para dar prestigio al ducado. Posteriormente, el monte sufrió la influencia de los reyes de Inglaterra y Francia, que intentaron someter la presencia espiritual de la abadía para transformarla en una fortaleza. No lo consiguieron.
Aunque a los políticos y gobernantes medievales les interesaba el monte por cuestiones militares, la atracción que este lugar generaba entre la población no era precisamente esa. Las multitudes que peregrinaban hasta el Monte Saint-Michel, lo hacían con fines espirituales. Durante cientos de años, de todas partes de Europa partían procesiones que se dirigían a esta abadía, motivo por el que esta edificación se mantuvo como lugar de culto y no sucumbió a las ansias militares de los reyes de la época.
La clave de esta devoción entre los feligreses, se basa en el alto simbolismo que tenía el peregrinaje hasta el Monte. Cuando llegaban a sus inmediaciones, los devotos caminaban descalzos por la gran planicie marina de la bahía, que se entendía como un entrenamiento para la prueba del Gran Paso. Al llegar a la falda del Monte, subían por la gran roca hasta la iglesia abacial, ubicada en la cima, que simbolizaba el ascenso a los cielos. Finalmente, este ascenso se completaba al recorrer la abadía, que desde su entrada hasta el altar tiene una diferencia de alturas de casi cinco metros.
Durante este año, se están llevando a cabo numerosos eventos en la abadía para celebrar su primer milenio, los cuales se extenderán hasta el próximo mes de octubre. En las últimas semanas, se han organizado ciclos de conferencias, en los cuales han participado historiadores y arqueólogos. También ha servido de escenario para actuaciones de danza y musicales, como la protagonizada por el grupo In Paradisium.
Estas actividades se alargarán en el tiempo, y contarán con otras actividades destacadas. El 23 de junio, con motivo del solsticio de verano, se producirá un espectáculo de luces nocturno. Y el 23 de septiembre, se llevará a cabo el Festival Grandes Mareas, un acontecimiento musical cuyo artista principal se ha querido mantener en secreto. Junto a estos dos grandes eventos, se llevarán a cabo otras actividades de menor envergadura.
Tal es la importancia y el valor de la Abadía de Saint-Michel, que la Unesco la designó Patrimonio de la Humanidad en 1979. Este nombramiento pretendía poner de manifiesto la pericia de los constructores del siglo XIII, que fueron capaces de crear un edificio de tal envergadura en la cima de un monte, a 80 metros de altura y con escasos medios técnicos.
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