viajar.elperiodico
Aguas curativas y vastos paisajes que cambian con cada estación del año hacen de este lugar, en el norte de la India, un auténtico paraíso.
En la parte norte de la India, en la zona que pertenece a la conocida como ruta del Himalaya indio se encuentra Puga Valley, un lugar recóndito que no parece real. Sus vastos paisajes sorprenden y permiten al viajero entrar en conexión con la naturaleza. Y es que, en esta zona, en la parte sureste de Ladakh, hacer las paces con uno mismo y con el universo parece algo sencillo.
Puede ser la energía geotérmica que se concentra en el valle de Puga (hay abundantes reservas de azufre, bórax y otros minerales, así como fuentes termales y piscinas de lodo) o la belleza del paisaje, pero lo cierto es que este valle con unos 30 kilómetros de largo, genera un magnetismo en el viajero que es difícil de describir con palabras.
La actividad geotérmica de Puga Valley es realmente única. Los géiseres brotan del suelo creando un espectáculo natural impresionante, mientras que las aguas terapéuticas alivian dolencias como el reuma o determinados problemas de piel.
Pero Puga Valley es algo más; es un paisaje que cambia con cada época del año y adquiere una gama cromática de lo más sugerente. La primavera es, sin duda, su momento álgido. Las lluvias han convertido el valle en un gran humedal y todo queda cubierto por un gran manto verde. El terreno adquiere una orografía muy particular, ofreciendo un espectáculo que muchos viajeros han querido inmortalizar en sus redes sociales. Y gracias a su singularidad, Puga Valley ya no es un lugar inhóspito e inexplorado.
Según avanza la primavera, el valle se vuelve árido, el verde da paso a unos tonos rojizos y ocres y las temperaturas suben considerablemente. El valle parece otro. Bello, grandioso y solitario. Una soledad que se verá interrumpida por las aves que revolotean en el cielo, así como por los caballos y otras especies salvajes que se esconden entre los pocos árboles y arbustos.
Puga se encuentra en el territorio de Ladakh, conocido también como pequeño Tibet, ya que está muy influenciado por la cultura tibetana. Llama la atención la hospitalidad de sus gentes, siempre dispuestas a enseñarte sus tradiciones y costumbres con una sonrisa y una amabilidad que parece perdida en el mundo occidental.
Llegar a Puga Valley desde cualquier parte de la región de Ladakh no es complicado; desde Leh, su capital, se necesitan unas 5 horas en coche y se podrá disfrutar de un paisaje asombroso. Montañas, diversos valles surcados por ríos de aguas cristalinas, y un sinfín de monasterios harán que el viaje sea realmente increíble.
En el camino a Puga, el viajero transitará a través del valle y la meseta de Changthang. Y podrá hacer un alto en el camino para disfrutar del Valle del Lago Salado. Aquí las vistas también son sobrecogedoras y destacan, sobre todo, por las montañas de sal blanca que dan nombre al valle y a su lago, de naturaleza (como uno se imagina) salada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario