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Darse un bañito en una piscina modernista como lo hicieran los vieneses hace 100 años es posible en Amalienbad, una joyita para nadadores en la capital austriaca.
Muchos de los arquitectos que diseñaron esos edificios eran estudiantes de Otto Wagner, uno de los fundadores del grupo Secesión de Viena. Los responsables de Amalienbad fueron los arquitectos Otto Nadel y Karl Schmalhofer, que levantaron esta espectacular piscina entre los años 1923 y 1926 convirtiéndola en una de las piscinas públicas más grandes de Viena y en la dominadora visual de la Reumannplatz.
Fue en 1919 cuando el ayuntamiento de Viena puso en marcha un programa para construir 20 baños públicos municipales bajo el nombre de Bäderprogramm. Gracias a él, la ciudad de Viena se convirtió en una ciudad balneario en una década. Muchos de esos baños públicos respondían a una política de salud, ya que pocos apartamentos vieneses de la época contaban con baño propio ni ducha.
Sin duda, la obra maestra de este programa de piscinas municipales fue la construcción de Amalienbad, que se inauguró el 8 de julio de 1926 siendo el alcalde Karl Seitz. El nombre de Amalienbad es un homenaje a la concejala municipal socialdemócrata Amalie Pölzer, que fue la primera mujer elegida para formar parte del ayuntamiento de Viena en 1919.
Con sus 14 metros de altura, la piscina contaba con trampolín, gradas y piscina infantil, un techo móvil abatible (hoy ya no puede abrirse)… y podía albergar en su día a 1.300 visitantes. Multitud de mosaicos originales de los talleres de cerámica Brüder Schwadron siguen decorando hoy la instalación, sobre todo en la zona del vestíbulo y la sauna. Muy dañada durante la Segunda Guerra Mundial, Amalienbad tuvo que ser reconstruida a partir de 1945.
En los años 80 fue restaurada y ampliada y se añadió una segunda piscina cubierta que se reinauguró en 1986. Durante esta última restauración se demolió la histórica sala de calderas con las que se calentaba el agua y se retiraron las dos chimeneas que tenía.
Hoy, darse un baño en Amalienbad cuesta siete euros para los adultos, 3,90 euros para jóvenes y 2,40 para niños. La piscina cuenta con una plataforma de buceo, exclusiva para escuelas y clubes, y también hay una zona de sauna con jacuzzis, baños de vapor, cabina de infrarrojos… Además, hay una galería de dos pisos con vestuarios de madera para cambiarse de ropa, un salón de belleza y una clínica de fisioterapia. Y respecto a la medida de la piscina, tiene 33,3 metros de largo y una profundidad entre 1,25 y 4,85 metros.
La fachada exterior de Amalienbad incluye algunas esculturas diseñadas por el escultor austriaco Karl Stemolak.
Jörgerbad, la piscina cubierta más antigua de Viena
Más años que Amalienbad tiene Jörgerbad, actualmente la piscina cubierta más antigua de Viena. Construida en 1914, antes de la Primera Guerra Mundial, Jörgerdab comparte con Amalienbad su decoración art nouveau, que combina los colores azul, naranja y blanco, y un techo de cristal.
Sus arquitectos fueron Friedrich Jäckel, Heinrich Goldemund y Franz Wejmola.
Renovada en la década de 1970, la piscina infantil que acompaña a la de adultos, de 25 metros, cuenta con un tobogán de agua muy característico. Jörgerbad también cuenta con zona de sauna, masaje, solárium y en verano, una piscina al aire libre.
Jörgerbad se encuentra a unos 25 minutos en coche de Amalienbad, en la Jörgerstrasse 42-44, en el distrito 17, Hernals, al noroeste de la ciudad de Viena.
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