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“Cada vez que visito Benarés es como si fuese la primera vez que lo hago”, dice Javier Moro, recorrerá algunos de los escenarios de India central que ambientaron libros famosos de Javier Moro, como Era medianoche en Bhopal.
“Veremos ruinas espectaculares, ciudades antiguas que todavía viven al ritmo de otra época, templos esculpidos con estatuas eróticas, avistaremos fauna salvaje en la reserva donde cazaba el último virrey y culminaremos el viaje en Benarés.” Y sí, Benarés es el clímax de esta Expedición VIAJAR. La ciudad sagrada del hinduismo no se visita, se experimenta. Y la experiencia deja huella.
“En lo alto de los ghats, en el dédalo de callejuelas cuyos edificios están desconchados por tantos miles de monzones, bulle el incesante drama terrestre de la vida y de la muerte, lo que hindúes y budistas llaman samsara. Desde la perspectiva del agua, la visión es distinta: una visión de liberación. Como La Meca, Jerusalén o Roma, Benarés es un faro que atrae a hombres ansiosos de eternidad. Desde hace 2.500 años, peregrinos y sabios como el Buda Gautama, el hindú Mahavira o Shankara han venido aquí a transmitir sus enseñanzas. Es la ciudad de la fe. 'Benares es más antigua que la historia, más antigua que la tradición'. escribió el inglés mark Twain. La continuidad de sus rasgos culturales y religiosos es su rasgo más extraordinario que la sitúa aparte de las demás ciudades del mundo. Aquí, poco ha cambiado desde el siglo IV antes de Cristo”, escribe Javier Moro, quien desvela algunos de los enclaves de Benarés que visitará
“Temprano en la mañana daremos un paseo en barca por el Ganges cuando la bruma se disipa y los primeros rayos de sol se reflejan en sus aguas. Es cuando multitud de fieles hindúes bajan los peldaños de los ghats y se dan un baño purificador. Inmersos hasta la cintura en las aguas, permanecen inmóviles, absortos en sus oraciones. Si tenemos suerte, veremos surgir delfines de agua dulce, lo que provoca, sea en las aguas que sea, cierta euforia. También es posible que nos crucemos con una barca que lleve el cuerpo de algún difunto envuelto en un sudario y cubierto de flores y que los parientes, después de recitar unas oraciones, empujen suavemente el cadáver al agua. No hay como esta ciudad para recordarnos que la muerte es parte de la vida.”
“Nos va a tocar vivir Diwali cuando estemos en Benarés, lo que añade una nota final e inesperada de color y sabor al viaje. Diwali es la gran fiesta de las luces, el festival más celebrado de la India. La gente enciende velas y los jóvenes lanzan crackers que explotan en el aire. En todas partes, el pueblo de la india realiza ofrendas a la diosa Laxmi y al dios Ganesh, el dios elefante, el de la felicidad”, explica Javier Moro.
Finalmente, habrá tiempo libre para pasear por Benarés, visitar la librería de Alvaro Enterría, conocido como el librero de Benarés, un madrileño que se enamoró de la India y que lleva 30 años viviendo en el centro de la ciudad, o entrar en alguna de esas tiendas de sedas que parecen cuevas de Ali Baba. O para asistir al espectáculo de las cremaciones a la vera del río.
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