Lalibela: la Jerusalén negra.
Lalibela se halla en Etiopía, es la segunda ciudad sagrada del país después de Axum la capital religiosa. Está situada al norte, a más de dos mil seiscientos metros de altitud, en un árido y remoto paraje montañoso. Considerada por sus fieles como una nueva Jerusalén, la habitan casi exclusivamente cristianos ortodoxos. Es una de las ciudades más interesantes del mundo, una urbe que sorprende por su historia y por sus increíbles monumentos, que dejan entrever la fascinante cultura que se puede encontrar en sus calles.
Su construcción se remonta al siglo XIII cuando la ciudad Santa de Jerusalén cayó en manos de los sarracenos de Saladino. El predominio del Islam impedía la visita de los creyentes a los lugares santos, así las cosas, la dinastía Zagüe, que por aquel entonces gobernaba la ciudad, decidió construir una "Nueva Jerusalén" para sustituir a la recién caída Sión y permitir que los peregrinos pudiesen continuar con sus viajes religiosos.
Así se comenzó a construir una representación de la ciudad santa, para ello no se utilizó el tradicional método de mampostería, sino que se excavó en el suelo. Sus constructores se sirvieron de herramientas como cinceles, hachas y palas para horadar la superficie volcánica, un tipo de roca ígnea muy porosa y maleable llamada toba o tufo hasta crear unos monolitos de forma cuadrada en planta de cruz griega o rectangular denominada planta basilical.
Una vez que alcanzaban entre diez y quince metros de profundidad se detenían y procedían a vaciar el interior. Creaban las diferentes estancias, abrían vanos en el muro y siguiendo la costumbre ortodoxa de orientar sus templos al este para rezar hacia donde nace el sol, pues, Cristo representa la luz. Según la costumbre ortodoxa etíope colocaban tres puertas: una al norte, por donde accedían los hombres, otra al sur destinada a las mujeres y una tercera al oeste para el clero.
La construcción comprende 11 templos los cuales se dividen en dos grupos, uno representa a Belén ciudad del nacimiento de Jesús y el otro simboliza Jerusalén lugar de su muerte. Estos están separados por el canal Yordanos, un símbolo del río Jordan, aguas en las que fue bautizado.
La Lalibela fue declarada Patrimonio de la Humanidad, y no es para menos, viendo su peculiar arquitectura y el fino trabajo que permitió la construcción de estos santuarios monolíticos.
Durante siglos fue un lugar sagrado de peregrinación ante la imposibilidad de ir a Jerusalén, por ello, hay quien se refiere a Lalibela como la “Jerusalén negra”.
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