Karen Paola Díaz Talavera
En la noche previa a la gran batalla contra los persas de Darío III, el joven monarca macedonio ha decidido inspirarse en la lectura. En efecto, apreciamos a Alejandro absorto leyendo la Ilíada. Siendo un profuso admirador de Aquiles, Alejandro plantea emular las gestas del héroe aqueo narradas en la epopeya. Fuentes clásicas nos informan acerca de la vehemencia de Alejandro por la lectura y, máxime, sobre su admiración por los héroes:
«En general, era naturalmente inclinado a las letras, a aprender y a leer; y como tuviese a la Ilíada por guía de la doctrina militar, y aun le diese este nombre, tomó corregida de mano de Aristóteles la copia que se llamaba la Ilíada de la caja, la que, con la espada, ponía siempre debajo de la cabecera, según escribe Onesícrito».(Plutarco. Vida de Alejandro VIII)
El artista ha querido ilustrar, de igual modo, los pensamientos de Alejandro, de ello que en el humo causado por el fuego de su tienda se aprecie el combate de sus falanges contra los carros aqueménidas.
La panoplia de Alejandro se observa en cada rincón de la tienda: coraza, escudo, casco y espada de tipo kopis o machaira. Por otra parte, apreciamos un estandarte macedonio plasmando la estrella argéada.
Ilustración: Mateusz Przeklasa.
-Casares
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