Teodosio tras el sacrificio hecho en batalla no recompensó, al menos como el godo esperaba, la sangre de sus seguidores, limitándose el Emperador a otorgarle el título de comes rei militari insuficiente para un general que aspiraba a comandar no solo a foederati, sino también a tropas regulares romanas. Esta disconformidad con el poder romano fue una constante en la vida de Alarico, en especial con el emperador Honorio o con sus consejeros y generales que se negaron a concederle las tierras, dinero y alimentos que reclamaba para su pueblo. Fue esa insatisfacción la que le llevó a emprender la guerra contra los romanos, a saquear sus tierras y asediar sus ciudades a lo largo de toda su vida.
Los seguidores de Alarico, ese conglomerado que algunos calculan en 40.000 personas y que vamos a conocer como visigodos, eran un heterogéneo conjunto de godos de su gens que aumentó con la suma de las gentes que se les iban uniendo a lo largo de su camino por las calzadas romanas. Sabemos que tras la muerte de Estilicón en el 408 y la masacre de las familias de sus foederati, el número de sus seguidores se incrementó considerablemente con la adicción de estos soldados godos tervingos, hunos, vándalos, celtas y muchos provinciales romanos(casi todos antiguos soldados del godo Radagasio, indignados por el asesinato de su general, y de sus mujeres e hijos). En el 409 durante el segundo asedio a Roma se le unieron casi todos los esclavos bárbaros de la ciudad. A su muerte, tras 25 años de lucha por todo el Imperio el grupo que seguía a Alarico, los visigodos eran muy distintos y de origen muy variado al núcleo inicial de godos con los que el joven había iniciado su aventura en el Imperio Romano.
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