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Comer bien en cualquier parte de España es fácil, pero más aún en calles como esta de Zaragoza.

Los bares forman parte de la cultura española, ya que son el templo indiscutible de la gastronomía y la socialización. Existe un amplio debate sobre cuál es el punto del país en el que mejor se come, pero es que es realmente difícil elegir uno solo. En muchas ciudades, la mayoría de establecimientos se aúnan en una misma calle, como la rua do Franco en Pontevedra o la calle del Laurel en Logroño.
Cada una tiene su propia esencia y son muy diferentes, pero lo que sí tienen en común es que están repletas de bares donde se come de maravilla. Lo mismo ocurre en el Tubo de Zaragoza, con medio centenar de establecimientos y varias calles que lo conforman: Mártires, Pino, Cinegio, Cuatro de Agosto, Libertad, Ossau, Estébanes (la principal), Blasón Aragonés y Plaza Santiago Sas.
Además de ser la meca de la gastronomía zaragozana, es también una de las zonas más animadas y encantadoras de la ciudad. El Tubo tuvo sus momentos de declive como la propuesta de prolongación del Paseo de la Independencia hasta la Plaza del Pilar que nunca se llegó a realizar o el deterioro de sus antiguos edificios. Pero se revitalizó gracias a la reconstrucción del Arco Cinegio, la pavimentación y la construcción de Puerta Cinegia.
Los bares de tapas más icónicos del Tubo
Es ese lugar que nunca decepciona ni a locales ni a visitantes. Al haber tantos bares y restaurantes, hay opciones para todos los gustos y presupuestos y siempre hay un bar nuevo que probar. Entre los más populares está El Champi, un auténtico clásico que basa su carta en los champiñones de calidad con variaciones exquisitas. Otro lugar que es casi obligatorio visitar es La Miguería, que lleva sirviendo migas de varios tipos desde 1995.
Para degustar las mejores croquetas, lo mejor es desplazarse hasta la Taberna Doña Casta, aunque las de La Tasca del Tubo también merecen mucho la pena. Este último, además, tiene una gran variedad de tapas y raciones veganas. También merece una visita las Bodegas Almau, fundada en 1870, una de las más clásicas y castizas. Uno de los más innovadores es el Méli del Tubo, que mezcla tradición y alta cocina en tapas espectaculares.
Más tapas de autor podemos encontrar en 7 Golpes, con patatas hojaldradas, baos de panceta o burrata con pesto. Y para los más clásicos, mejor la Taberna Donde Siempre, con raciones generosas y originales como pincho de carrilleras con foie o berenjenas en tempura. Vinos Nicolás, Casa Lac, El Hormiguero Azul, Bar El Limpia o el Blasón del Tubo son otros locales en los que comer es una auténtica experiencia donde el placer está más que asegurado.
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