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Es uno de los alimentos más versátiles que existen, además de sano y completo. Por eso está presente en todas las gastronomías del mundo, también en la española. Los huevos son una de las bases de cualquier despensa en España y en todo el mundo.
Son un alimento básico para un sinfín de recetas y ellos solitos admiten muchas preparaciones. Una de ellas, una de las básicas, es cocerlos en agua. Los huevos duros o cocidos son un alimento muy socorrido (como que una conocida marca de supermercados hace años que los vende cocidos).
Hacerlos es fácil, pero hacerlos bien tiene sus pautas. De entrada, si tenemos los huevos en la nevera, hay que sacarlos un tiempo antes para que estén a temperatura ambiente.
En el cazo donde se van a cocer pondremos agua, claro, pero también un poco de sal y un chorro de vinagre. Esto último servirá para que la cáscara selle mejor y la textura de la yema sea mejor.
Si buscamos el huevo cocido perfecto, debemos controlar el tiempo para que la yema no quede demasiado dura. Es decir, hay que cocerlos pero consiguiendo que la yema salga cremosa, no seca.
No tires el agua
- Lo normal es que, una vez cocidos los huevos, tiremos el agua. Pero resulta que podemos aprovecharla para regar las plantas. Contiene los minerales de la cáscara, por lo que si regamos las plantas con esta agua les aportamos un extra de nutrientes. Eso sí, usaremos este agua cuando se haya enfriado.
El color ya nos lo indica. La yema cocida y jugosa es amarilla, pero si el huevo muestra un ligero velo gris verdoso es que nos hemos pasado de tiempo. Haremos bien las cosas si mantenemos el fuego en el punto de ebullición durante no más de 10-11 minutos.
Enfriar los huevos para "bienpelar"
Finalizada la cocción, una vez fuera, hay que enfriarlos y a continuación pelarlos. Ambas cosas van unidas, porque al meterlos en agua fría (hay quien usa hasta hielo) la membrana entre la cáscara y la clara se separará mejor del huevo.
Ahora solo queda rodar el huevo. Primero lo golpeamos en sus dos extremos y quitamos la cáscara arriba y abajo. A continuación, lo ponemos sobre la tabla de cocina y lo hacemos rodar presionando ligeramente con la mano. La cáscara se irá desprendiendo casi sola. La ayudamos un poco y ya tenemos el huevo duro pelado y sin mil y un trocitos de cáscara.
Propiedades del huevo
Un huevo de gallina aporta proteínas de muy buena calidad y de alto valor biológico. Es una gran fuente de proteínas de fácil absorción y contienen también vitaminas, minerales, grasas saludables y antioxidantes. Algunos de los nutrientes esenciales que nos proporcionan son el selenio y las vitaminas B12 y A.
El huevo es un alimento virtuoso, tanto que un cocinero como Karlos Arguiñano se come al menos uno cada día. Entre sus múltiples beneficios, disminuye el riesgo de enfermedades, aporta grasas insaturadas, favorece el desarrollo del cerebro y ayuda a combatir el exceso de peso.
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