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Receta de pollo al kalimotxo, el guiso más sencillo que dejará a todos sorprendidos por su increíble sabor
Lo llames guiso de pollo al kalimotxo o al calimocho, esta receta es un bombazo de sabor. Si es famoso el clásico pollo a la Coca-Cola al igual que el pollo guisado con vino, en este plato vamos a combinar ambos líquidos, cocinando así el pollo troceado en kalimotxo, al igual que ya hicimos con estas deliciosas costillas al kalimotxo que os enseñamos hace tiempo.
El sabor del vino entra en la carne del pollo, aportando además ese bonito color granate oscuro. Por otra parte, la Coca-Cola aporta su toque dulzón y la combinación resulta deliciosa. Finalmente, para no olvidar el limón, también presente en esta popular bebida, vamos a añadir unas tiras de cáscara bien lavada, que soltarán su esencia, alegrando la salsa.
Por lo demás, la receta es sencilla, como todos los estofados o guisos clásicos. Un buen sofrito a base de puerro, unas zanahorias cortadas en rodajas y un buen caldo de pollo concentrado o consomé de sabor intenso, consiguen que este pollo al kalimotxo sea un plato de diez. Además, como el alcohol se va a evaporar durante la cocción, es apto para todos los públicos.
Preparamos los trozos de pollo, retirando los excesos de grasa o de piel que no queramos en el guiso y picamos las hortalizas, en este caso, las zanahorias y el puerro. En una cacerola amplia cocinamos las distintas presas del pollo con un poco de aceite de oliva, sazonándolas al gusto y retirándolas cuando tengan un bonito color dorado.
En el mismo aceite, rehogamos ligeramente los trozos de puerro y zanahoria y cuando hayan empezado a tomar color, reintegramos los trozos del pollo reservados y la cebolla frita crujiente, agregando entonces la copa de vino y la lata de Coca-Cola, llevando a ebullición.
Seguidamente agregamos el caldo de pollo casero y dejamos que el pollo se cocine a fuego lento durante 45 minutos, removiendo ocasionalmente o dando la vuelta a las presas.
Cuando el guiso de pollo esté casi terminado, comprobamos el punto de cocción en los muslos o las tajadas de pechuga más gruesas, rectificamos de sal si fuera necesario y añadimos la cáscara de limón, dejando reposar quince minutos con el fuego apagado, hasta el momento de llevar a la mesa.
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