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Si el viajero busca un destino idílico en el que el tiempo parezca haberse detenido, Castle Combe es el enclave perfecto.
Si en España esperamos cada temporada con ansia la lista de los pueblos más bonitos del país, en Inglaterra no tiene tanta emoción, ya que Castle Combe consigue, año tras año, alzarse con el título de ‘pueblo más bonito de Inglaterra’. Y hoy vamos a descubrir que motivos le sobran. Llega la hora de poner rumbo a los Costwolds.
Al noroeste de Londres nos topamos con un área que engloba cinco condados conocidos como Costwolds, un espacio que ha obtenido la calificación de ‘zona de belleza natural sobresaliente’, ya que la mezcla de sus colinas, sus pueblos con casitas de piedra y las abadías que pueblan las inmediaciones ofrecen al viajero la sensación de haber hecho un viaje al pasado en el que el ritmo de vida moderno queda como un recuerdo en la memoria.
Los Costwolds, pueblos de cuento
Para visitar los Costwolds resulta imprescindible alquilar un coche, puesto que casi todos los pueblitos merecen una visita y el transporte público entre ellos es prácticamente inexistente. Desde Stratford-upon-Avon, lugar en el que nació William Shakespeare hasta Burton-on-the-Water, conocida como ‘la Venecia de los Cotswolds’, el viajero descubrirá un territorio tan bello como inexplorado.
Llega el momento de visitar el pueblo más bonito de Inglaterra. Y, para que el viajero no se lleve a engaños, debe saber que esta aldea es pequeña, muy pequeña, tanto que más allá de la calle principal, solo hay casitas desperdigadas que le confieren un aire onírico.
En Castle Combe todos se conocen y la sensación de pertenencia es total. El explorador que se aloje en alguna de las casitas de cuento que se pueden alquilar en páginas de alquileres vacacionales descubrirá como, a primera hora de la mañana, el vecino le habrá dejado un botecito de miel o de mermelada casera a modo de bienvenida.
La base de la convivencia en Castle combe es la confianza. Muchas familias se dedican a elaborar dulces o, como hemos dicho, mermeladas caseras y las colocan en mueblecitos de madera a las puertas de sus casas. Hay un cartelito con el precio y una caja. Si quieres llevarte una, eres libre de servirte y dejar el dinero correspondiente.
Qué hacer en Castle Combe
Pasear, pasear y pasear… dejarse maravillar por una escena invernal, en la que las nieves cubren los tejados de piedra y el frío solo se combate con una bebida en el pub local que lleva en pie desde el siglo XIV.
Sorprende (y mucho) que en este remoto pueblo de los Costwolds se pueda comer en un restaurante con estrella Michelín, pero así es, ya que dentro del coqueto y lujoso hotel Manor House se encuentra Bybrook Restaurant, en el que se puede degustar un espectacular menú degustación por algo menos de 170 euros.
Unas 350 personas viven en Castle Combe de forma habitual y acogerán al viajero con los brazos abiertos. Pese a ser un pueblo muy pequeño, estarán encantados de acompañarte a la iglesia medieval de San Andrés, a la conocida como Market Cross o a la conocida como The Old Rectory Tea Room, en dónde degustar el famoso té de las 5.
En definitiva, Castle Combe es un viaje al pasado en el que podrás disfrutar de un pueblo de ensueño, lugareños encantadores y, cómo no, una mítica cabina de teléfono en la que aun es posible sacarse unas cuantas fotos como recuerdo.
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