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Si tienes previsto viajar a Alemania, toma nota de los platos que sí o sí deberás probar.
Uno de los mayores atractivos a la hora de viajar es sumergirse en la cultura local del lugar que estás visitando. Y la gastronomía es clave a la hora de tomarle el pulso a una ciudad, pueblo a país en el que te encuentres. Si viajamos a Honduras, por ejemplo, descubriremos la riquísima baleada o el vino de ‘papa’, mientras que si nos trasladamos hasta Helsinki gozaremos con sus ahumados y carnes insólitas.
Hoy nos trasladamos hasta Alemania para descubrir los 5 platos que tienes que probar si viajas al país teutón. La gastronomía del país se basa en ingredientes como la carne (de ternera, cerdo y pollo principalmente), la col y las patatas, aunque también son muy populares ingredientes como la mostaza, el rábano picante o los encurtidos. Además, en las regiones del norte que cuentan con salida directa al mar son frecuentes los platos de pescados como el salmón, el bacalao, los arenques y las truchas.
Debe saber el viajero que los sabores de la gastronomía alemana son fuertes y especiados con platos típicos bastante contundentes. Y también hay que tener en cuenta que, dentro de Alemania, cada región cuenta con sus especialidades propias, que generalmente se ven influidas por sus países vecinos. Por ejemplo, en las regiones occidentales se descubre una cocina con ciertas reminiscencias francesas, mientras que, en el sur, están más presentes los guiños a la gastronomía italiana.
Salchichas
Resulta difícil (por no decir imposible) enumerar todos los tipos de salchichas que existen en Alemania. Y es que, sin duda, es una de sus especialidades por excelencia. Desde las más famosas como la currywurst o la bratwurst hasta otras más desconocidas como las Kochwurst, salchichas precocinadas, en las que los ingredientes se cocinan antes de prepararlos para embutirlos.
Mientras que en España solemos consumir las salchichas como un plato principal, en Alemania son más un pica pica entre horas, algo así como su tapa patria por excelencia. Se pueden agrupar en cuatro categorías: cruda, cocida, escaldada o las de tipo Bratwurst, que no encaja en ninguna de las categorías, ya que pueden venderse tanto crudas como precocinadas. Y, ojo, porque cada región de Alemania tiene su propia versión con diferentes tamaños, condimentos y textura.
Schnitzel
Más allá de las salchichas, otro de los platos más típicos de Alemania es el schnitzel, que también se suele consumir mucho en Austria. Este plato consiste en un filete empanado o lo que aquí conocemos como escalope y se sirve, generalmente, acompañado de patatas y algún tipo de salsa.
Si viajas a Alemania vas a descubrir que el schnitzel está presente en prácticamente todas las cartas de comida tradicional teutona. Y aunque la versión clásica es la más común, también se puede encontrar relleno de jamón y queso, al estilo sanjacobo. Si vas con niños, este plato resulta imprescindible.
Codillo
El codillo de cerdo es otra de las carnes por excelencia de Alemania, especialmente en la región de Baviera, aunque está extendido por todo el país y por otros países centroeuropeos. Esto hace que se pueda encontrar cocinado de diferentes formas según la zona que estés visitando. Suele servirse con diferentes acompañamientos que van desde patatas asadas o fritas, en forma de puré o, incluso, con ensalada de col.
El buen codillo se debe cocinar de tal manera que quede crujiente por fuera y muy tierno por dentro. Esto lleva un proceso de cocción que puede durar varias horas. Y si nunca lo has consumido, debes saber que tiene un sabor fuerte y resulta muy aromático.
Königsberger
Antes de volverte loco cuando mires una carta en un restaurante alemán si no tienes ni idea del idioma, debes apuntar este nombre: Königsberger, aunque también puede aparecer como Kochklopse. Se trata de unas albóndigas que tienen su origen en la región de Prusia Oriental, pero que son un ‘must’ en Berlín y sus regiones más cercanas.
Ya hemos dicho que la gastronomía alemana es contundente y un plato de Königsberger puede ser el mejor ejemplo. Las albóndigas se elaboran con carne picada de ternera o vaca y se mezclan con carne de cerdo, añadiendo también arenque o sardinas en salazón, cebolla, y especias. Además, vienen servidas con una crema de alcaparras.
Chucrut
En la gastronomía alemana son comunes los sabores agrios y ácidos, como los de los pepinillos y el chucrut. Y precisamente de chucrut vamos a hablar, ya que se trata de uno de los acompañamientos estrella de la cocina teutona. Se trata de un plato de col finamente cortada, mezclada con sal y fermentada.
Durante el proceso de fermentación de la col, las bacterias se multiplican y esto favorece su efecto probiótico, muy beneficioso para la flora bacteriana. Además, su sabor con cierto toque de picantillo es de lo más característico. Eso sí, con el chucrut no suele haber término medio: o lo amas, o lo odias.
En definitiva, la cocina alemana es perfecta para todos aquellos comensales que disfrutan probando todo tipo de sabores y texturas y que, además, tienen el estómago 'a prueba de bombas'. Y, si eres algo más delicado, keep calm, porque existen otras muchas especialidades que también conseguirás que pierdas la cabeza.
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