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Los nombres de los sitios, que a menudo parecen extraños o curiosos, en realidad se nutren de una amplia gama de fuentes que reflejan la historia, la cultura y el entorno de esos lugares. Desde palabras de lenguas antiguas hasta apodos cariñosos, pasando por descripciones geográficas o incluso eventos memorables, los topónimos nos cuentan historias increíbles si nos tomamos el tiempo de investigar su origen.
Uno de esos lugares llamativos por su toponimia es la Playa de El Cabrón, ubicada en el municipio de Agüimes, en la isla de Gran Canaria. Su nombre puede sonar vulgar a oídos no familiarizados, pero su origen está ligado a un episodio histórico de la conquista de Canarias.
Un corsario de apellido Cabrón
Pedro Hernández Cabrón, también conocido como Pedro Cabrón, fue un marino que desempeñó un papel crucial en la conquista de las Islas Canarias. Actuó como corsario al servicio de las casas nobiliarias andaluzas y participó en conflictos familiares a cambio de dinero. A veces, Cabrón actuaba respetando los acuerdos con la corona, pero en otras ocasiones, se comportaba como un verdadero pirata.
Sus negocios y su reputación llamaron la atención de los Reyes Católicos, que le concedieron la oportunidad de perdonar sus delitos si trabajaba al servicio de la corona. Aceptado el trato, alrededor de 1480 se unió a una expedición hacia las islas junto a Pedro de Vera, desembarcando en la playa de Agüimes. Playa que, casi 550 años después, aún recuerda la llegada de este fascinante personaje histórico al llevar su nombre.
Características de la Playa El Cabrón
La Playa de El Cabrón se encuentra ubicada a solo 5 minutos en coche del pueblo de Arinaga. A pesar de su reducido tamaño, con apenas 300 metros de longitud, se trata de una zona literal protegida que destaca por la transparencia de sus aguas. Esta playa se ha convertido en un destino predilecto para los amantes del submarinismo, del buceo y del snorkel, ya que alberga una rica biodiversidad marina y cuenta con impresionantes formaciones rocosas.
Sus aguas tranquilas y la ausencia de servicios como duchas, aseos, restaurantes o hamacas, contribuyen a su encanto, convirtiéndola en un refugio natural semivirgen. Para llegar a la playa, los visitantes deben descender por senderos de tierra desde el estacionamiento cercano. Esto puede representar un pequeño desafío y la playa no cuenta con accesos habilitados para personas con movilidad reducida. Sin embargo, esta inaccesibilidad relativa es, precisamente, una de las características que dota a la Playa de El Cabrón de un ambiente apartado del bullicio.
Para conocer toda la información sobre la Playa de El Cabrón y las actividades acuáticas que se pueden realizar, así como sus accesos y servicios más cercanos, se puede consultar la página
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