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Es el mejor truco para escapar del bochorno estival: un día de playeo y adobarlo con una buena comilona y unas cañas en primera línea de playa
Una tarde en un chiringuito y empatizas con los barones del PP y PSOE: ¿quién querría trabajar pudiendo estar siempre de vacaciones? Pero si no tienes la suerte de que tus amigos te encuentren un puesto a dedo, pásate por las playas de Barcelona, que ya está estrenada la temporada de chiringuito. Estas son las mejores recomendaciones donde aparcar el culo y rendirte a los placeres de la vida.
¿Empezamos por un clásico? Seguro que ya tienes en tu radar la estirpe de la Família Nuri, el grupo responsable de Ca la Nuri (playa del Somorrostro), Xiroi (Nova Icària) y Sal Mar (Barceloneta). Cualquiera de estos tres es una apuesta segura: la fama de sus arroces les hace justicia. ¿Que no eres muy arrocero? Sus tapas (ensaladilla, croquetas, bravas…) o sus platos tradicionales (prueba sus canelones) se llevan las mismas estrellas.
Una opción para los adictos a posturear: el Salt Beach Club. Es el chiringuito del W Barcelona (paseo Mare Nostrum, 19-21), que arranca el verano con una renovación del espacio y de su carta (con platos mediterráneos, tanto tapeo como paellas). Su ubicación, a pie de la playa de Sant Sebastià, le otorga el sello de aprobación ‘instagrammer’ como sitio idílico donde tomar cócteles al atardecer. De aquí salen buenas fotos.
Otra forma de hacer ‘match’ con un chiringuito. Preguntarle a la Guía Repsol, que ha reconocido con soletes a varios establecimientos de la costa catalana. En Barcelona están los vecinos Xiringuito Escribà (avenida Litoral, 62) y Can Fisher (avenida Litoral, 64), ubicados en la playa del Bogatell, y que dejarán satisfechos a los fans del buen comer (y del buen arroz).
Siguiendo la Guía Repsol, dos imprescindibles más. Estos, en Badalona: L’Estupendu (Eduard Maristany, 75) y La Donzella de la Costa (paseo Marítim, s/n). Ambos, históricos chiringuitos donde se rinde culto a la cocina catalana y al buen vino. Una recomendación en Badalona para bolsillos más ajustados: el Marbrava (plaza Pati de Vela, 2), con platos más que decentes y con un menú contundente de entre semana de 15,90 €. Además, está situado en plena playa, en una de las zonas más fotografiables del litoral badalonés. Tomarte una cerveza aquí te deja muchísimo metraje de ‘stories’ que pondrá a muchos los dientes largos.
Y, si eres fan de los chiringuitos, toca coger Renfe. Castelldefels es el ‘hot spot’. Aquí hay algunos de los más famosos de Catalunya. Por ejemplo, Chalito (paseo Martítimo, s/n), otro solete de Repsol, con una carta variada con mucha comida latinoamericana -incluidas sus gigantescas milanesas-. O Ananda, que abre de 9 a 23 h, y tiene una agenda de actividades para todo el día: desde yoga para empezar con buen pie, hasta una carta de cócteles para acabar un día de playa hincando el codo.
En Castelldefels también está el conglomerado playero de Tibu-Ron. Entre toda su oferta, destaca un clásico, el Solraig (paseo Marítim, 169), con arroces excelentes en primera línea de playa, y un secreto bien guardado, el Punta Roca (Port Ginesta), ubicado en una cala alejada de las zonas más masificadas, y que triunfa en las recomendaciones playeras de TikTok.
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