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Si buscas un destino fuera de España que sea distinto, esta ciudad bohemia y cosmopolita es una de las más originales de toda Sudamérica. Valparaíso es luz y color, y en cada uno de sus pintorescos barrios derrocha vida. Pero sobre todo, sorprenden sus calles repletas de grafitis e infinidad de cuestas. En un entorno de interminables subidas y bajadas, con brillantes colores por todas partes, fue donde encontró Neruda su refugio para escribir parte de su obra.
Una geografía atípica
Conocida como la Joya del Pacífico, Valparaíso se asienta sobre distintos cerros, salpicados de alegres colores. Adentrándote en sus callejones, ascendiendo por sus escaleras y montando en sus centenarios funiculares podrás descubrir la gran riqueza arquitectónica de esta ciudad que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Dividida en dos partes, Valparaíso tiene una parte llana y otra montañosa, formada por cerros. Y es en este laberinto de cuarenta y cinco colinas donde se concentra la mayoría de la población. Cada uno de los cerros cuenta con una atmósfera muy particular y tiene también su propia arquitectura. Los más destacados son el Cerro Concepción, el Cerro Miraflores y el Cerro Alegre. Entre calles empinadas, casas multicolor y pequeños cafés, entenderás porqué Valparaíso está considerada como una de las ciudades con más encanto de Chile.
Una ciudad de funiculares
En Valparaíso la mayoría de la población vive en los cerros, por lo que no se puede entender esta ciudad sin un ascensor o funicular que conecte los barrios altos con la zona baja donde están muchos de los comercios y el puerto. Sin perder la utilizad por la que fueron construidos, hoy se han convertido, además, en verdaderas piezas turísticas. El más popular es el funicular Reina Victoria que conduce hasta cerro Alegre. Declarado Monumento histórico en 1998, debe su nombre a la monarca inglesa. Desde lo alto, podrás ver la iglesia Luterana y también una bonita panorámica de los cerros de alrededor. Pero sin duda, el más fotografiado es el funicular de Polanco. Se accede a través de un túnel de 150 metros y se mueve en forma vertical.
Barrio Puerto de Valparaíso
Es uno de los barrios más pintorescos y antiguos. Entre los lugares que no debes perderte está la iglesia de La Matriz y la plaza Echaurren. Además, entre calles adoquinadas y casas de fines del siglo XIX de estilo muy porteño, se encuentran numerosas marisquerías y restaurantes populares donde descubrir la gastronomía chilena. A toda la zona que rodea la Iglesia se la conoce como el corazón del puerto y es donde comenzó a desarrollarse la ciudad.
El Museo a Cielo Abierto
Considerada la capital chilena del grafiti, paseando por Valparaíso te irás cruzando con muestras de este tipo de arte por toda la ciudad. Pero es en el cerro Bellavista donde encontrarás un grupo de murales al aire libre en forma de laberinto, que plasmaron un grupo de artistas latinoamericanos, en los años 90, dando lugar a una muestra de arte única. Valparaíso derrocha arte no solo en sus calles. El Palacio Baburizza es la sede del Museo de Bellas Artes, una visita muy interesante en la que se puede descubrir pinturas y obras de artistas chilenos, y también conocer el interior de una vivienda típica de la región.
La casa que soñó Pablo Neruda
El amor que sentía Neruda por Valparaíso está ligado a La Sebastiana. En esta ciudad, y en todo lo alto del Cerro Bellavista, encontró el poeta su pequeño refugio lejos de Santiago. Se puede visitar la casa-museo, pasear por sus estancias y encontrarse con obras de arte y objetos que pertenecieron al poeta. Pero sobre todo, desde arriba de la colina se disfruta de una maravillosa panorámica de la bahía de Valparaíso y de esta bonita ciudad, que en palabras del poeta "era única en el mundo y no se parecía a ninguna otra".
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