La ciudad de Sofía se queda a la sombra de otras capitales europeas que reciben mucha más atención de los turistas. Sin embargo, la capital búlgara es una auténtica sorpresa, una joya oculta que merece ser descubierta. Su fascinante arquitectura es una mezcla de estilos y culturas, a lo que se suman sus animadas plazas y sus interesantes museos. En definitiva, es una escapada perfecta en el Viejo Continente si queremos salirnos de lo típico.

De la catedral al Bulevar Vitosha

La Catedral de Alejandro Nevski es la joya de la corona de la ciudad de Sofía. Sus enormes cúpulas verdes y doradas marcan el horizonte de la capital búlgara, coronando la que es una de las iglesias ortodoxas más grandes del mundo. Su construcción empezó a finales del siglo XIX, con un diseño inspirado en la arquitectura neobizantina.

St. Alexander Nevsky Cathedral in the center of Sofia, capital of Bulgaria against the blue morning sky with colorful clouds
Catedral de Alejandro Nevski.

Desde aquí podremos caminar hasta el Bulevar Vitosha, la calle principal de la urbe. A lo largo de más de 2 kilómetros entre la Plaza de San Nedelya y el Parque del Sur, pasearemos entre tiendas, bares, restaurantes, terrazas y un ambiente muy animado. En esta avenida encontraremos edificios tan interesantes como el Palacio de Justicia, con su fachada de doce culumnas, y el Palacio Nacional de Cultura, levantado para acoger todo tipo de actos y congresos.

Templos cristianos, musulmanes y judíos

Junto al Palacio de Justicia se alza la Catedral de Sveta-Nedelya, que impresiona a pesar de ser una réplica de la iglesia original, destruida en 1925 por una bomba. Otro templo religioso que merece la pena visitar es la iglesia de San Nicolás el Milagroso, conocida popularmente como la Iglesia Rusa. Su enorme belleza arquitectónica, inspirada en las iglesias moscovitas del siglo XVII, la convierte en una de las más espectaculares de la ciudad.

Catedral de Sveta-Nedelya.
Catedral de Sveta-Nedelya.

Sofía es un crisol de culturas, de modo que esos templos cristianos conviven con la Mezquita de Banya Bashi. Es una de las más antiguas de Europa, ya que fue construida a finales del siglo XVI, durante el período de dominación otomana de Bulgaria. A ello se suma la Sinagoga de Sofía, construida a principios del siglo XX como la más grande de Europa del este. 

Museos, plazas y mercados

Para completar la visita a la ciudad podemos ir a la Plaza de la Independencia, conocida como el Largo, donde se alzan algunos edificios de interés como el Palacio Presidencial, la Asamblea Nacional y el Consejo de Ministros. Justo al lado se encuentra el Yacimiento arqueológico de Serdica, la antigua ciudad romana de Sofía, fundada en el año 29 a.C. A escasos metros podremos visitar el Mercado Central de Sofía, un punto histórico de la urbe donde podremos comprar todo tipo de productos, desde manjares típicos hasta fruta, verdura, carne y piezas de artesanía.

Plaza de la Independencia.
Plaza de la Independencia.

Finalmente, los amantes de los museos encontrarán una gran variedad de opciones, como el Museo Nacional de Historia, con infinidad de objetos que abarcan desde la época de los tracios, o la Galería Nacional de Sofía, la colección de arte más grande del país. Otros centros de interés son el Museo Arqueológico de Bulgaria, el Museo Histórico Regional y el Museo de Arte Socialista.