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Si lo que esperas de tus vacaciones es poder disfrutar de impresionantes paisajes y no quieres quedarte en España, hay un remoto lugar en el norte de Escocia, que conocerás por novelas y habrás visto en películas y series de televisión, pero que te recomendamos visitar en persona. Durante el viaje pasarás por lugares en los que se respira paz y serenidad, y donde incluso podrás llegar a creer que estás solo en el mundo. Se trata de la isla Skye, la más famosa de las Tierras Altas, un destino repleto de atractivos, que van desde las coloridas casas de Portree a The Old Man of Storr, pasando por pueblitos de pescadores, castillos medievales y paisajes tan sobrecogedores que te costará describir con palabras.
Además, puedes completar este mágico viaje descubriendo el proceso de elaboración del típico whisky escocés, ya que este destino también es famoso por contar con varias destilerías donde se elaboran algunos de los mejores wiskis del mundo.
La capital: Portree
Rodeada de verdes colinas, esta localidad pesquera es una buena base para explorar la isla. Su precioso puerto rodeado de casas de colores dan forma a una postal inconfundible. Seguro que te sonará Quay Street, la calle que recorre el puerto, ya que ha aparecido tanto en la popular película “La boda de mi novia” (con el actor Patrick Dempsey) como en las novelas de Harry Potter.
El castillo de Dunvegan
Es una de las paradas obligatorias en un recorrido por Skye. Situado a dos kilómetros al norte de Dunvegan, ha sido la residencia del famoso clan escocés MacLeod desde el siglo XII. En esta fortaleza se guarda la Bandera de las Hadas, un trozo de seda que dicen que tiene 1.300 años. Y tan bonito como el castillo son sus jardines, dos hectáreas de un pequeño paraíso con cascadas, arroyos, estanques y plantas de todo tipo. Además, en la misma zona por la que se entra al castillo, hay un acceso a un embarcadero donde se puede realizar un pequeño paseo en barco para ver las colonias de focas que hay frente a la costa de Dunvegan.
Otro castillo que también está asociados con el famoso clan es el de Knock. Situado en la bahía del mismo nombre, está en ruinas y solo se conservan algunas ventanas y paredes altas, pero cuenta la leyenda que sigue residiendo en él un hada verde que protegía la fortuna de la familia que lo habitaba.
Las Fairy Pools
Situadas cerca de Glen Brittles y del pueblecito de Carbot, estas cascadas naturales son uno de los rincones más mágicos de toda Escocia. Un lugar sorprendente, tanto por el juego de colores que van del azul cristalino al verde, como por el entorno en el que se encuentran que parece sacado de un cuento. Además, desde estas piscinas podrás disfrutar de unas maravillosas vistas de las colinas de Cuillin.
Los acantilados de Kilt Rock
Mires donde mires, lo que verás te resultará tan fascinante que creerás estar en un sueño. Pero tener ante ti una imponente cascada cayendo directamente al mar desde una altura de casi 60 metros será una de las imágenes más inolvidables. Un espectáculo acompañado de bruma y del fuerte sonido del viento, que seguro te apetecerá disfrutar con toda la tranquilidad del mundo.
En Escocia también hay playas
Aunque los principales protagonistas de la isla son las montañas y los acantilados, en Skye también existen impresionantes playas de arena blanca que te harán dudar de que te encuentras en Escocia. Una de las más bellas es la de Claigan Coral Beach. Situada en el norte de la isla, su arena blanca, que se extiende a lo largo de varios kilómetros, es el lugar ideal para disfrutar de un paseo inolvidable.
The Old Man of Storr, lo más visitado de la isla de Skye
Esta colina, que destaca por contar con una formación rocosa de casi 50 metros de altura y de extraña anatomía, es uno de los lugares más fotografiados de la Isla de Skye. Un maravilloso lugar marcado por las leyendas, hadas y seres mitológicos, donde se respira paz y serenidad. El monolito gigante recibe el nombre de Old Man of Storr porque su forma se asemeja a la cabeza de un hombre y ha servido de referencia para marineros y navegantes durante siglos.
Para llegar al mirador hay que hacer una pequeña ruta circular de apenas 5 kilómetros. Durante el recorrido se pueden admirar la formación rocosa de Needle Rock o The Sanctuary. Este famoso sendero no tiene ninguna dificultad técnica, se puede realizar incluso con niños. Lo único que hay que tener en cuenta es que hay algunas partes del sendero en los que la tierra está resbaladiza y algo húmeda. Se encuentra en la parte nordeste de la isla y es una ruta que se encuentra señalizada.
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