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La longitud del pelo de las mujeres de la etnia Yao se ha convertido en un atractivo turístico único.
Escondida entre las imponentes montañas de Guangxi, al suroeste de China, descubrimos una aldea que se ha convertido en un reclamo turístico sin parangón gracias a las mujeres que allí habitan y que pertenecen a la etnia Yao. ¿El motivo? Cuentan con las cabelleras más largas del mundo. Bienvenidos a Huangluo, el pueblo en el que Rapunzel se sentiría como en casa.
El viajero que llega a esta aldea no lo hace, generalmente, para descubrir unos paisajes únicos que conmueven. Arrozales infinitos que se extienden más allá de donde alcanza la vista son escenas de postal que, sin embargo, han quedado en un segundo plano. El explorador que pone un pie en este recóndito lugar lo hace para descubrir a las mujeres Yao.
Cultura del cabello en Huangluo
En la aldea de Huangluo vive parte de la etnia Yao, un grupo minoritario conocido por unas tradiciones únicas. El culto a los ancestros, por ejemplo, es una de ellas, puesto que los Yao creen que los espíritus de los antepasados juegan un papel fundamental en la vida diaria de la comunidad.
También destaca la variedad de festivales tradicionales que reflejan su relación con la naturaleza, la agricultura y sus creencias espirituales, como el Panwang, dedicado a su ancestro homónimo, a quien consideran el creador del pueblo Yao.
Sin embargo, lo que hace a esta comunidad famosa en el mundo entero es la peculiar relación que sus mujeres tienen con su cabello. En Huangluo, el pelo no es solo una cuestión de estética, sino que está profundamente ligado a sus costumbres, espiritualidad y creencias.
Las mujeres Yao tienen la costumbre de dejar crecer su cabello durante toda su vida, hasta alcanzar largos que superan los dos metros; de hecho, el récord mundial lo ostenta una mujer de Huangluo cuya cabellera mide más de 5 metros.
La longitud y el cuidado de su cabello no son detalles superficiales, sino que constituyen un símbolo de buena fortuna, longevidad y estatus dentro de la comunidad. Según la tradición del pueblo Yao, cuanto más largo es el cabello de una mujer, mayor es la prosperidad que traerá a su familia.
Rituales en Huangluo
Históricamente, las mujeres Yao solo podían soltarse el pelo y mostrarlo en público una vez en la vida: el día de su boda. Antes de que llegara ese día, el cabello siempre está recogido en un moño bajo, puesto que era considerada una parte íntima del cuerpo. Una vez casada, la mujer ya tiene la libertad de mostrar su pelo libremente.
El cabello de las mujeres Yao es su posesión más preciada y por ello lo cuidan con mimo gracias a un ritual ancestral que consiste en lavarlo con agua de arroz fermentada. Parece que, de esta manera, el pelo se mantiene brillante y saludable, además de crecer más rápido y fuerte. Y gracias a estos cuidados, y que solo se cortan la cabellera una vez en la vida (cuando se preparan para comenzar su vida adulta en torno a los 18 años), el pelo alcanza esas longitudes.
Turismo en Huangluo
En las últimas décadas, la aldea de Huangluo ha atraído la atención de viajeros de todo el mundo, impulsando la revitalización económica de la zona. Cada año, miles de exploradores llegan para ver las demostraciones de las mujeres Yao que peinan sus largas cabelleras en impresionantes estilos y muestran sus tradicionales trajes coloridos hechos a mano.
Precisamente los trajes de las mujeres Yao conforman también una parte importante de su identidad cultural. Las prendas suelen estar decoradas con intrincados bordados, motivos geométricos y llamativos colores como el rojo, el azul y el blanco que tienen unos significados específicos, como la protección contra los malos espíritus o la celebración de la fertilidad y la vida familiar. Las mujeres Yao también usan sombreros y tocados que indican su estado civil y su estatus dentro de la comunidad.
En definitiva, Huangluo y las mujeres Yao son un testimonio único de cómo las tradiciones ancestrales pueden perdurar y mantener su relevancia en un mundo en constante cambio. El cabello largo de las mujeres Yao no es solo una curiosidad, sino un símbolo de identidad, fortaleza y espiritualidad que podemos descubrir en esta aldea china perdida entre arrozales.
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