Las cinco cascadas más bonitas y desconocidas de Huesca

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Huesca es un paraíso natural con paisajes montañosos espectaculares, profundos valles y ríos cristalinos. Entre sus joyas naturales se encuentran numerosas cascadas, que ofrecen una experiencia visual y sensorial única. La majestuosa Cola de Caballo, ubicada en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, es una de las más conocidas. Sin embargo, existen también otros preciosos rincones, menos masificados, que merece la pena visitar.

En pleno verano, con un sol de justicia y un calor sofocante que no da tregua, lo mejor es descantarse por un plan al aire libre que incluya un refrescante baño, para poder disfrutar de la naturaleza y darnos un chapuzón que nos ayude a sobrellevar esas altas temperaturas. A continuación, os proponemos algunas de las cascadas más bonitas y desconocidas de la provincia oscense:

Tranquilidad y belleza se unen en este extraordinario lugar situado en el Valle de Tena. La cascada se encuentra escondida entre las profundas paredes del barranco de Os Lucas, rodeado de formaciones rocosas extravagantes. Esculpido durante siglos por la acción del agua, este entorno ofrece un pintoresco paisaje que parece sacado de un cuento de hadas. Escuchar el sonido de las aguas al caer por las rocas, bañarse en su piscina natural de aguas cristalinas o, simplemente, sentarse a contemplar esta belleza natural es, sin duda, una vivencia mágica.

Ubicadas en el Valle de Pineta, se alzan estas impresionantes cascadas, a las que se puede acceder a través de una ruta senderista de dificultad moderada que comienza en el Parador Nacional de Bielsa.

Alimentadas por el circo glaciar, esta serie de cascadas escalonadas crean un entorno espectacular en mitad del bosque. La mejor época para visitarlas es durante la primavera o el verano, cuando su caudal es mayor y la vegetación se encuentra en su máximo esplendor.

Este tesoro natural escondido en la Sierra de Guara es el entorno ideal para quienes busquen disfrutar de la tranquilidad y escapar de la rutina. La caminata desde el pueblo hacia la cascada resulta sencilla y apta para todas las edades. A sus pies, se ha formado una gran poza de agua, que vecinos y visitantes utilizan como lugar de baño y recreo siempre, por supuesto, con la precaución que un entorno natural requiere.

En pleno Valle de Ordesa y Monte Perdido encontramos esta impresionante caída de agua que se precipita por un estrecho desfiladero. La pradera de Ordesa es el punto de partida de numerosas rutas senderistas, una de las cuáles lleva hasta la Cascada del Estrecho a través de un sendero que recorre el valle de forma paralela al río Arazas. A lo largo del camino, podrás deleitarte con los bosques, montañas y otras maravillas características del entorno.

A cinco minutos de Broto, en la comarca del Sobrarbe, descubrimos una de las cascadas más impresionantes y accesibles del Pirineo aragonés. El agua cae con fuerza por un estrecho cañón, creando una vista impresionante y un fuerte sonido que añade majestuosidad al paisaje. Los más aventureros tendrán la posibilidad de conocerla desde dentro haciendo rápel por el barranco del Sorrosal, siempre con el equipo y los conocimientos adecuados.